viernes, 28 de enero de 2011

Gala Blogosur...crónica personal



Asisto a la Primera Edición de los Premios Blogosur, gala que fue entrañable y donde se han tenido que dejar la piel mis amigos Fernando García Haldón y Pepe Santos, ideantes y organizadores de todo.
Llego en un taxi olvidable porque su conductor era un tipo mezquino (tengo cierto imán para taxistas odiosos, no sé…). Entre las lindezas que desgranaba hablando por la emisora con un compañero dejo esta perla de elevado contenido poético: “¿las mujeres? Las mujeres, por mucho que uno las cuide, sólo buscan la tarjeta de crédito, créeme…”. Aún me duele la lengua de mordérmela.
Trayecto corto, menos mal. Bajo en la puerta del teatro no tan pequeño como parece y muy acogedor donde se celebra la gala: Sala Joaquín Turina de Cajasol. Enseguida comienzo a ver a conocidos. El primero de ellos es Javi, bloguero sevillano que vive ahora en Inglaterra y que me cuenta que espera un cambio en la situación económica de España para volver. Pero me dice que cada vez lo ve menos claro. No necesita, es obvio, pedir cita con un oculista.
Luego me uno con un abrazo a mi querido Ramsés (viene con sus maravillosos padres), mi aguador de Sevilla, un tipo que algún día tendrá el reconocimiento que merecen su cultura y su sensibilidad.
Más gente. Juanma Jiménez. Amigo desde la infancia, uno de los blogueros que serán premiados durante la gala. Sabiendo que nos íbamos a encontrar, me tiene preparado un regalo de esos que a uno le hacen llorar: me ha regalado un DVD. Sí: un vídeo de un partido de fútbol en mi pueblo, en 1985, cuya narración estuvo a mi cargo. Escucho mi voz a los quince años. Sigo pareciendo una educada señorita, igual que entonces.
Saludo brevemente a Fernando García Haldón, un besito, un me alegro de verte, un qué liado estoy, tío, un no pasa nada, no te preocupes, ya hablamos
Me siento, arrinconado y solo, en la última fila del teatro. Me pongo a ojear a la gente y a hojear la Guía de blogs 2011 (guía de blogs sevillanos, cuya edición es de una calidad excepcional y donde aparece mi blog en su página 119).
Entra en el teatro un ídolo, un mito en mi vida: Rafael Gordillo. ¿Alguien da más?
Entran más tarde autoridades políticas, alcalde incluido.
Comienza la gala. Presentan Juliana López y José Antonio Rodríguez. Felicidades a los dos, estuvisteis perfectos. Bellísima Juliana, amable, con tablas sobradas, con el peso de la gala sobre sus hombros descubiertos: y la gala siempre mantuvo a salvo su línea de flotación. José Antonio genial también, otro con tablas. Sacó su bufanda del Betis y pidió un aplauso para el Gordo. Agradezco que no cayeran en el recurso a los chistes fáciles que suelen abundar en estos eventos. Estuvieron tan sobrios como naturales. Estuvieron tal y como debían estar. Difícil y conseguido.
Qué complicado no extenderme. Pero no lo haré. Entrega de premios. Actuación musical de la artista Lorena Gómez. Se le nota a la legua que es sencilla y buena gente. Un problema de sonido la obligó a cantar sin micrófono, soberbia y fantástica, profesional sin fisuras, todos callados (sobre todo en una copla que cantó al final: Y sin embargo te quiero) y admirados con su voz.
Mi amigo Juanma Jiménez recoge su premio. Me gusta verlo en el escenario, recuerdo viejos tiempos de imposible olvido. No lo veo en el lío que se forma a la salida y no me puedo despedir de él.
Luego viene uno de los momentos esperados por mí. Mi amiga Reyes Aguilar, dama bloguera de sevillano nombre, ha cumplido un sueño. Gracias a haber ganado el Premio Blogosur de Novela, tiene su primer libro publicado. ¿Su título?: “El juego del hombre invisible”. Lo compré allí mismo y luego esperé para que me lo firmara. La cola de gente esperando lo mismo era muy larga. Como tengo cierta ventaja (somos compañeros de trabajo), me digo que ya me lo firmará el lunes. En su discurso de agradecimiento (me parece que nerviosísima) dedica su premio, entre otros, a Mortadelo y Filemón…yo creo que eso es insuperable.
Ay, qué complicado no extenderme. El premio al mejor blog de Sevilla fue para José Manuel Durán, dueño del blog “El rincón de los currantes” (no tengo ganas de poner el enlace). Este blog es un diario, el de un albañil en paro, el de un hombre que intenta no ser abatido por la desesperación. En su discurso, el más aplaudido, nos dice que aún continúa en la misma situación y luchando cada día, esperando un golpe de suerte. Yo pienso, tras escucharlo, lo que es inevitable pensar: la vida puede llegar a ser una putada.
Todo termina, veo a más amigos. Me acerco a despedirme de Fernando y Pepe, me piden disculpas por no poder pararse a charlar un ratillo. Las disculpas son innecesarias, queridos. Una vez más mi enhorabuena a los dos. Por ser críticos y exigentes, seguro que luego analizaréis la gala y veréis dónde se puede mejorar. Pero la de ayer estuvo a la altura del acontecimiento, os lo aseguro. Me corto, por cierto, a la hora de saludar y felicitar por su trabajo a Juliana y a José Antonio: esta entrada también va por vosotros dos.
Tengo suerte con mi taxi de vuelta. Un hombre que no hablaba, que iba escuchando una tertulia en la radio, que me llevó sin sobresaltos emocionales a donde quería ir.

Siempre coinciden, por cierto, el lugar a donde quiero ir con el lugar en el cual está mi Lola. Me dirijo hacia ella, a sus coordenadas, a su mirada egipcia, al refugio que me ofrece cuando los sueños me pueden y aparecen grietas entre las ilusiones que colecciono. Siempre igual, no tengo remedio. Cosas mías. Tristezas o rarezas, no lo sé muy bien, se me presentan de tal modo que no es sencilla la distinción entre ambas. Lola me conoce y me quiere. Ni siquiera me pregunta.

Y yo sigo aquí, haciendo lo que quizá sea lo único que sé hacer. Escribir. Me desvivo cada día por conseguir unir palabras que den sentido a un texto, que me emocionen, que emocionen, que muevan a alguien hacia algún sitio, que gusten, que hieran, que duelan, que sean amadas, que suenen, que hablen, que digan cualquier cosa. Las palabras.

En fin, no me hagan mucho caso. Los sueños necesitaban desahogarse y yo los dejo hacer, que para eso son míos…

jueves, 27 de enero de 2011

Y así va pasando...



La primera vez que se enamoró era tan joven que a los poemas que escribía en cuadernos de papel cuadriculado se le caían los versos como si fueran dientes de leche, se le enredaban los dedos al contar sus sílabas y era incapaz de entender la arquitectura entramada que conlleva la composición de un soneto. De aquel amor casi párvulo conserva un dibujo que perfila a una niña con trenzas y una amistad entrañable con el Ratoncito Pérez.

Pasaron los años como salpicaduras de pecas y se enamoró de una chica a la que escribía poemas en cuartillas con acné, versos que evitaban la rima libre al igual que él evitaba mirarla con tal de no salir herido, con tal de que aquel amor nunca manifestado mantuviera su textura de duende escondido, de buhardilla secreta, de héroe en sueños abatido por el anonimato o la clandestinidad. De aquel amor adolescente y hormonal conserva una lista de palabras turgentes y un aprendizaje diestro del placer en soledad.

Nada comparable al placer compartido que conoció más tarde, cuando el uso de la razón era descartado por innecesario y conoció a una mujer a la que escribía poemas en servilletas de papel, tras tocar los cielos con la yema de los dedos, mejorar la flexibilidad de su cuerpo y obviar el sonido de la lluvia que a lo mejor caía tras la ventana cerrada de la habitación de un hostal. De aquel amor rebelde y desatado conserva agujetas en los párpados y arañazos que aún no sabe si algún día cicatrizarán.

Pero llegó el día y con el día vino ella, un amor asentado, pleno, sensual, imprescindible, duradero. A ella le escribió poemas en folios comprados un lunes cualquiera cuyos versos iban llenando el tiempo a su lado, sabían a zumo de naranja y siempre se mostraron indecisos a la hora de concluir en rima libre o en caricia deslizada. De aquel amor último conserva besos como certidumbres de una huella adherida a su piel y lágrimas cayentes entre las flores que han crecido sobre la tierra que lo guarda.

Hoy, ajeno a la vida que deviene a su alrededor, se sienta en un banco de la alameda, busca el sol con los mismos ojos que antaño buscaron palabras, lee libros de poetas enamorados, trata con su soledad como si fuera la última pieza de un rompecabezas, bebe un par de copas de vino al mediodía y un vaso de leche antes de dormir, sueña con la última mujer que amó y despierta muy temprano, desayuna, sale a la calle, a su banco en la alameda con un libro bajo el brazo, se sienta, da los buenos días al sol y piensa en el comienzo de un poema dedicado a la primera paloma que, cada mañana, se acerca a comer las migas de pan que esparce a su alrededor, ajeno a la vida que continúa su irrelevante devenir.

miércoles, 26 de enero de 2011

Premios Blogosur



No me olviden ustedes, háganme ese favor...en un par de semanitas vuelvo a las trincheras blogueras.

Mientras tanto, dejo aquí noticia de la celebración (jueves, 27/01/2011) de la Gala de Premios Blogosur a los Mejores Blogs de Sevilla y Provincia.

Servidor irá para ver cómo un buen amigo recibe un merecido premio y una buena amiga cumple merecidamente un sueño que, por cierto, comparto con ella.

Besos para todos.

jueves, 13 de enero de 2011

Casi de vuelta mientras...pasa la vida



Ojú…que digo yo que voy a escribir aunque sean sólo unas palabritas para quitar ya la entrada que queda debajo, que de seguir así les voy a estar deseando Feliz Navidad hasta que la venidera de nuevo se haya presentando, que los días vuelan y enseguida está aquí otra vez.

Al igual que un servidor: que enseguida vuelvo (a este blog y a los vuestros), en nada, en cuantito pueda, que ando maravillosa y literariamente enredado con proyectos literarios y radiofónicos, adelantando trabajo para hacer las cosas bien y con tranquilidad.

¿Qué tal llevan el principio de año? Yo debo decir que lo estrené con una noticia decepcionante, aunque de algún modo esperada. Hace algunas fechas escribí una entrada (no voy a poner el enlace a la misma, enseguida resumo su contenido, nada más cierre este paréntesis) en la que les contaba que estaba pendiente de un cambio de trabajo, que había llegado al final del proceso de selección y esperaba los resultados. Bueno, pues no ha sido ni niño ni niña: no hay embarazo. No me salió la cosa. Mi enhorabuena a los premiados.

Hubo decepción, sí, pero duró apenas dos minutos. Sólo me gustaba esa nueva opción laboral porque me habría permitido estar con mis gorditos más tiempo, pero no porque el trabajo en sí fuera el de mi vida. Que, en verdad, era todo lo contrario de lo que para mi vida vengo pensando desde que tengo uso de razón…en el supuesto feliz de que tenga ese uso, lo cual dudo de una manera tal que soy capaz de sustentar cada una de mis dudas en verificaciones empíricas irrefutables. ¿No me creen? Dejo aquí unas fotos de mi comportamiento colmado de responsabilidad y raciocinio en mi trabajo (donde tengo un puestecito curioso y todo, no crean. Donde, ahora en serio, estoy muy bien, me quieren mucho y quiero mucho a mi gente de por allí)… Bueno, y otra afotito en la que estoy muy guapo, ¿que no?

Besitos para todos.