sábado, 26 de junio de 2010

En espera de...



No sé qué hacer contigo.

Debe ser que estoy cansado, acaso en baja forma, quizá saturado por la cercanía con la que me circundan otras que son como tú, que al menos intentan parecerse a ti, tocarme como tú lo hiciste, calcar la caricia deslizante o resbaladiza con la que, hace unos días, decidiste aparecer. De nuevo estás aquí, a mi lado.

Pero el caso es, querida mía, que no sé qué hacer contigo.

Supongo que me habrá pasado lo mismo en otras ocasiones, mas no lo recuerdo. O será que lo he olvidado. Ya sabemos que olvidar y no recordar nada tienen que ver. ¿Qué hago contigo? ¿Cómo empiezo a desnudarte? No me convence, a qué mentirte, esa sugerencia tuya, la idea insolvente de mirar para otro lado mientras eres tú la que se desviste. Volver la cara luego. Y encontrarte. Digamos que no es mi estilo. Me gusta utilizar mis manos, no hacen nada guardadas en los bolsillos. Creo que conjugo con corrección los verbos desabrochar y descubrir. Desabrochar para descubrir. Las introduzco, a ellas, a mis manos movibles que continúan mermadas por el deseo y los arañazos, entre los huecos que te hacen, que hacen de ti lo que eres sólo para mí. Allá otros y allá lo que quieran hacer con sus manos. Las mías nacieron para ser.
Es por eso, entiéndelo, que no puedo, no quiero, dejar que te desnudes. No por tu cuenta. No sin mí.

No sé qué hacer contigo.

Algo se me ocurrirá. Te pido paciencia y comprensión. Peticiones absurdas, lo sé. Déjame pedirte, entonces, algo de tiempo. Poca cosa, sólo el necesario para obtener los resultados de un chequeo al que he decidido someterme. Tras él, luego constatar el número de sustantivos que circulan por mi sangre, después de nivelar la tensión arterial siempre alta por acumulación de adjetivos y al confirmar que el origen y desarrollo de un par de hematomas no es nocivo (sospecho que los tengo tras tropezar con dos pronombres traviesos), sé que algo se me ocurrirá contigo. Por tí.

Por ahora, te dejo aquí. Anotada y con la promesa de que todo quedará solucionado en mi próxima entrada.

Lo dicho, aquí quedas, imagen, en lo que te escribo: amanecer deslenguado.

viernes, 25 de junio de 2010

¿Hay alguien?



Mis queridos habitantes de bloguilandia:

Esta tarde, entre las 19:05 y 20:00 (hora española y peninsular) se emitirá el que, según parece, será el último programa de “La radio de los blogueros” (lo de según parece lo escribo por mantener algo de esperanza, pero sólo por eso. Por costumbre, casi).

Durante un par de temporadas, hemos sido felices haciendo radio. Lo echaremos de menos. Cinco amigos pasándolo bien e intentando que lo pasaran bien aquellos que nos acompañaban, nuestros oyentes: eso ha sido “La radio de los blogueros” y no otra cosa. Hemos sido felices y, también, hemos aprendido. En la balanza, de un modo abrumador, pesa más lo positivo que lo negativo. En verdad, la presencia de lo negativo es prácticamente irrelevante. Intentaremos hacer un programa, el último, en el que nuevamente volvamos a reír.

Bajo la sombra de la “La radio de los blogueros” vino al mundo Juan “El Manteca”. Ahora, según parece, dejará de escribir. Dejará al menos, sin duda, su periodicidad semanal. Su blog permanecerá abierto y, supongo, de vez en cuando algo tendrá que decir.

Quien vuelve es un servidor de todos ustedes. Estar pendiente de Juan “El Manteca”, mi sombra, escribir mis novelas (sobre todo una, pero intento llevar para adelante dos) y, por qué no confesarlo, tener restringido el acceso a los blogs desde mi trabajo (donde aprovechaba mis ratitos libres para ponerme al día) provocó mi alejamiento.

Sin embargo, quiso la suerte que el otro día compartiera un ratito con José Miguel Ridao. Y ya sabemos que mi querdio (no es una errata) amigo padece una enfermedad contagiosa, que se transmite en forma de virus llamados blogueínas. Tras despedirme de él, supe que necesitaba volver a mi blog. Y a los vuestros, por descontado. Será un placer el reencuentro. Porque hay alguien por ahí todavía, ¿verdad?

¿Quieren escuchar, y comentar, el último programa bloguero? Pulsen aquí.

¿Quieren leer, y comentar, el artículo del Manteca –dedicado a sus compañeros-? Pulsen aquí.

Muchos besos para todos.

sábado, 19 de junio de 2010

viernes, 11 de junio de 2010

viernes, 4 de junio de 2010