lunes, 28 de septiembre de 2009

A un colega, a uno de los mejores...




Mis queridos amigos: hoy no escribo, hoy me desahogo. Hoy no ha lugar para la lírica, sólo para el vómito de palabras, para acudir a vuestro hombro que, siendo virtual, lo siento y considero, lo palpo, lo noto. Hoy vengo a contaros algo de mi vida, tan real como mi nombre. Y durante la lectura sabréis el motivo. Sólo quiero decir que los dos nombres masculinos que aparecen son ficticios. En su origen escribí los reales, pero lo he modificado. No sé por qué.
Un abrazo a todos. Un beso a todos.
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Esta canción habita en mi corazón, en mi alma encallada, en mis recuerdos siempre y jamás en mis olvidos. Esta canción sublime era una de las preferidas de mi amigo Pedro, a quien en nuestra infancia llamábamos “el holandés” porque vino desde Holanda a instalarse en su pueblo, que es el mío. En su calle, que es la mía. Junto a su vecino, que fui yo. La madre de Pedro casó con un señor holandés, marcharon a vivir allí y, tras el fallecimiento de ese hombre, decidieron volver.
Los primeros juegos de mi vida fueron junto a él, que era un par de años mayor que yo. Fue un hermano para mí y como a un hermano lo quise. Luego, en la vida, hay un momento en el cual se notan esos dos años de diferencia: él entró a estudiar BUP mientras a mí aún me quedaban dos años de EGB (qué antañón suena todo, ¿verdad?). Nos separamos, obviamente.
Pero nos volvimos a encontrar más tarde, cuando dos años vuelven a no ser nada. Nos encontramos una noche, compartiendo estrellas y otras drogas, bebiéndonos el mundo, soñando que éramos otra cosa de lo que realmente éramos, componiendo quizá algún verso, cantando, riendo, pasando de todo, libres sin serlo…al fin y al cabo, estábamos aprendiendo a volar.
Una noche, estando yo en casa de Aurora, riéndonos porque acabábamos de hacer el amor y el resultado fue lamentable, llamaron a la puerta. Era Manuela, otra amiga. Se nos cortó la risa al ver su cara blanca: “me acabo de enterar de que han matado a Pedro. Ha sido Raúl, su hermano”. Raúl era un paraca que tuvo que dejar el ejército por padecer un tipo de esquizofrenia muy violenta, un tipo huraño con el que también yo había jugado, y mucho, en aquellos años colegiales. Una discusión familiar, un cuchillo de cocina, varias puñaladas mortales en el mismo rellano de su escalera. Fuimos corriendo hasta su casa, ya estaba allí la policía, una ambulancia, todo acotado, no pudimos pasar. La impresión que me dio saber que el cuerpo de mi colega estaba allí tendido, desangrado, muerto, cambió mi personalidad.
Lo enterramos dos días después, llorando como niños, quizá como lo que éramos. Nos fuimos luego todos a emborracharnos, pero no pudimos hacerlo. En un par de cervezas, nos fuimos yendo poco a poco, cada uno a su casa.
¿Por qué cuento todo esto? Porque ayer fui a mi pueblo, a casa de mis padres, y entrando en él con el coche vi a Raúl. No lo había vuelto a ver. Ha estado todo este tiempo encerrado. No sé qué pensé. No me dio tiempo a decirle a Lola “¡mira ese tío!, ¿sabes quién es?”, no me dio tiempo a pensar, a reaccionar. Iba caminando por una acera, solo, quizá con el peso de su hermano en la memoria. Ha cambiado muy poco, el muy cabrón. No sé, a lo mejor debía de haber acelerado, girado mi coche y atropellarlo. Obviamente, no lo digo en serio, sólo escribo lo que mis dedos me dictan ante la impotencia que sienten por saber que nunca lo van a estrangular.
De alguna manera, que a lo mejor otro día cuento, le debo a Pedro el trabajo que tengo, el que me ha dado la vida, el que me permitió conocer a Lola, enamorarme de ella y copular con un resultado fascinante: el nacimiendo de Domingo y Adela. Le debo lo que fui en la infancia, en la adolescencia y en esta madurez en la que uno va entrando. Hace muchos años de todo esto, no sé, quince o veinte, no lo sé ni me importa. No lo olvido. Y, lamentablemente, tampoco parece que pueda olvidar la imagen que ayer tuve. Pero os juro que haré un esfuerzo sobrehumano, hay cosas que, realmente, no merecen la pena, caras que han de quedar, para siempre, relegadas al olvido, junto a todo lo infame, todo lo negro, todo lo que ha causado un dolor mortal.

viernes, 25 de septiembre de 2009

A buenos entendedores....

Vuelta a la carga...


Sí, vuelta a la carga. Esta tarde, de 19:05 a 20:00 (hora española), nueva edición del mejor programa de radio que hay en Punto Radio Sevilla los viernes a esa hora: La Radio de los blogueros.
En esta ocasión hablaremos en la tertulia sobre las Musas, inspiradoras de creadores y artistas. Y sobre los Musos también, que luego pasa lo que pasa...
Yo, francamente, no veo muy clara la existencia de estas entidades. La única Musa creíble que he visto o leído en mi vida ha sido Sigrid, la novia intocada e intocable del Capitán Trueno.
Pero mi opinión es lo de menos. Como siempre, mi deseo es que conozcan qué dice sobre ello Juan "El Manteca". Aquí les dejo el enlace para que le cuenten qué les parece. La columna radiofónica del Manteca, por anticipado y en exclusiva para los amigos de esta casa. Vuestra casa.

lunes, 21 de septiembre de 2009

De amores perdidos....




Para mi amigo Ramsés, el Aguador de Sevilla....

http://elaguadordesevilla.blogspot.com/

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Sin palabras llegar a la palabra (qué lejos, qué improbable), sin conciencia razonante aprehender una unidad profunda, algo que fuera por fin como un sentido…”. D. Julio Cortázar, quién si no, nos deja esta maravilla en el capítulo diecinueve de “Rayuela”.

Acudo a esta frase ahora que pienso una entrada, tras algún tiempo desvelado por causa de otros asuntos untados con manteca, fascinantes para mí esos retos. Sin palabras llegar a la palabra…dónde está la palabra que buscamos, la que llega justa y precisa a la frase que voy escribiendo, la que asoma en la memoria y queda ahí, en el umbral, esperando el visto bueno del escritor.

Hace años comencé un artículo para una revista local, local de mi pueblo, del siguiente modo: “¿Dónde están los amores perdidos? Donde comienza la literatura” (ahora sé que mi amigo Ram, el gran Aguador, lo sabe). Perdí aquel artículo, aquellas revistas que hoy, si tuviera delante, me harían llorar de emoción. Y, finalmente, perdí los amores perdidos a pesar de la ayuda que me prestaron los libros, las hojas pasadas con tanto miedo como esperanzas y devoción. He ido perdiendo amores como se va perdiendo la inocencia, como se pierde la forma primera del habla, tan salvaje, libre, destartalada, coherente, para ser sustituida por un lenguaje atado, a veces sumiso, pensado, coloquial, absurdo, aburrido.

Un amor perdido deambula entre olvidos y recuerdos, entre la nostalgia o la caducidad, entre desvelos y sueños como mariposas. Y mal asunto, sí, Ram, mal asunto cuando sucede lo que cuentas con el corazón arañado: “Sacó de su bolsillo un hilo de sutura ensartado en una aguja esterilizada y remendó aquella herida que sabía se abriría pronto. La próxima vez que los recuerdos le acuchillaran el alma. La próxima vez que la ausencia le recordara que la echaba de menos”. ¿Estás seguro, amigo, de que esa aguja estaba suficientemente esterilizada? Por la herida abierta que deja un amor perdido no penetra sino el tiempo, el paso de los años como amigos que nos acompañan, la sabiduría que se va acumulando y nos ayuda a ver el mundo desde otro lugar, desde otros lugares donde, sí, aparecen amores nuevos que, recién encontrados, provocan una punzada en la herida que el amigo tiempo parecía haber cerrado. Como esos cambios de tiempo que anuncian fríos y temporal.

Voy pensando, o escribiendo. Que tanto da. Puede que los amores perdidos no existan. Los amores no se pierden. Ni concluyen. Ni se cierran. Amar es una experiencia que parece inevitable. Vamos conviviendo con aquellos amores que fueron. Vienen otros a salvarnos de la quema. Amar es un acto de miedo y valentía: es vencer al miedo. A veces pienso que miro como lo hacía la primera mujer que amé, la que me inspiró poemas colegiales y protagonizó mis primeros sueños ocultos. Ocultados. Reconozco en los míos gestos de otras mujeres, palabras aprendidas allí donde estuve con ellas, incluso formas de sentarme o esperar en una cola. Me reconozco en lo que fui y sigo siendo. Beso tal y como aprendí a hacerlo cuando me lo enseñaron. Me desvirgó una mujer doce años mayor que yo. Me hice hombre en una noche y, sin embargo, salí de allí intentando convivir con el niño que, no sabiendo andar, ya miraba cuando pronunciaban mi nombre. El amor (mi querida y atlántica Susana me da un beso sonoro cada vez que lo digo) es un reconocimiento. Si uno no sabe quién es, amar es un gesto inútil.

Concluyo. Si te cercioraste, querido Ram, de esa esterilización correcta de la aguja, dime cómo se hace. Tengo que cerrar una herida que hay en mis labios para recuperar aquella forma de hablar, salvaje, libre, destartalada y coherente, que usé para amar por primera vez.

viernes, 18 de septiembre de 2009

La radio de los blogueros


Hola a todos, cómo les va...Ser portavoz de Juan "El Manteca" me tiene más enredado en su blog que en el mío. Pero todo se andará.



Esta tarde, de 19:05 a 20:00 (hora española), nueva edición de ese programa que ya forma parte de la historia de la radiodifusión en el mundo: "La radio de los blogueros" (tienen ustedes el correspondiente enlace en los blogs enlazados en la columna de la derecha). En las primeras horas de la tarde de hoy aparecerá la entrada del programa, aunque ya anticipo que el asunto que trataremos en la tertulia será "La Prehistoria, la aparición del ser humano". A partir de entonces podrán ir dejando sus comentarios que, como siempre, es lo que más nos importa de todo lo que hacemos. Ya me conocen, no necesito jurar que esto es así.


Juan "El Manteca" es uno de nuestros nuevos colaboradores en esta temporada. Él añade su punto de vista al término de la tertulia. Contra lo que es su costumbre, ha finalizado la columna con tiempo suficiente y ya está en mi poder. Esta tarde la leerá él, si aparece, o en su defecto la leeré yo, en calidad de portavoz oficial y amigo del Manteca.


Añado el enlace a su blog para que, si quieren, la puedan conocer con anticipación. No es necesario que dejen sus comentarios aquí. Háganlo allí, en el blog del Manteca, que los necesita, que se pone triste si nadie le dice nada y se pone a beber...que cualquier excusa es válida.

Besos a todas y a todos.


viernes, 11 de septiembre de 2009

Los blogueros...nuevamente

Queridos habitantes de bloguilandia:
Mi vuelta a la radio y, sobre todo, una mudanza interna dentro del piso (para bien: ¡¡he estrenado despachito con biblioteca, todo de madera, todo una monería!!) me han mantenido alejado tanto de mi blog como de los vuestros. Os pido disculpas. A partir del lunes, vuelta a la carga.
Dicho lo cual, sí quiero recomendaros la lectura del blog de Juan "El Manteca". Hoy, en "La radio de los blogueros", el tema de la tertulia fue la mujer fatal en la Historia, la femme fatale del cine, del cómic...Y sí, ésta ha sido la columna del Manteca: http://juanmanteca.blogspot.com
Muchas gracias a todos. Y muchos besitos.
P.S.: parece que no he dejado claro el mensaje: ¡¡que lo suyo es entrar en el blog del Manteca -en el enlace de un poquito más arriba-, que a mi nuevo despachito que le vayan dando...!!

viernes, 4 de septiembre de 2009

Los blogueros...

Acabamos de concluir el primer programa de la segunda temporada en "La radio de los blogueros".
El asunto tratado en nuestra tertulia de hoy ha sido "Los pisos compartidos". Podéis entrar en el blog de Juan El Manteca para conocer cuál ha sido su opinión.
Muchas gracias a todos.

¡¡¡YA ESTAMOS AQUÍ!!!

Hoy viernes, de 19:05 a 20:00 (hora española y peninsular), comienza la nueva etapa de uno de los mejores programas que, actualmente, se pueden escuchar en la radiodifusión en España: LA RADIO DE LOS BLOGUEROS. Programa dedicado a bloguilandia, dirigido por la maravillosa Teresa Puig en colaboración con la no menos maravillosa Natalia Romero, el imprescindible Ali Trujillo y el inolvidable Juanma Márquez.

La nueva temporada viene con contenidos renovados. Mantenemos la tertulia, que ocupa la primera mitad del programa. El broche final de la misma constituye una de las novedades: Juan "El Manteca", periodista y habitante de la taberna del Tato, leerá semanalmente una columna que, con su toque personal, aportará una visión sin duda distinta del asunto tratado. Esa misma columna, posteriormente, pasará a ser una entrada de su blog: http://juanmanteca.blogspot.com/.

La segunda mitad del programa también aporta nuevas ideas. De las tres entrevistas que hacíamos a tres blogueros, pasamos a una: intentaremos elegir siempre algún blog que consideremos interesante (por cualquier motivo) para todos. Se trata de ir abriendo, poco a poco, el campo de visitas y de contactos blogueros.

Posteriormente, dos secciones, fijas y también excepcionales (como todo el programa, vaya). Por un lado contamos con el bloguero Híspalis (http://sevilla-justa.blogspot.com), quien recogerá noticias, tan curiosas como interesantes, relacionadas con el entorno del universo blog. Por otro lado, el Aguaó más dicharachero de la red (http://elaguadordesevilla.blogspot.com) nos hablará cada semana de un cuadro significativo dentro de la Historia del Arte (cuadro que, para que nadie se despiste, estará colgado en la entrada correspondiente al programa semanal).
¿Y qué más? Lo más importante, lo que nos alimenta, lo esencial: vuestros comentarios, vuestra participación y aportaciones. A todo: tertulia, entrevista, noticias, cuadro...a todo. Ya sabéis que podéis comenzar a comentar desde el momento en que esté colgada la entrada (lo cual sucederá a lo largo del día) y luego también en directo. Y después, faltaría más. Iremos leyendo los comentarios durante la emisión del programa.
Y nada más, mis queridos niños y niñas. Que será un placer el reencuentro. Confiamos en hacerlo esta temporada algo mejor que la pasada. Vuestra ayuda y comprensión, siempre necesarias.

jueves, 3 de septiembre de 2009

El blog de un colega...

Ya les iré contando en fecha y forma. Mientras tanto, si lo tienen a bien, pasen, vean, saluden y, por favor, enlacen a los suyos este blog que a continuación indico. Vamoooosss, si es el primer favor que les pido.


martes, 1 de septiembre de 2009

Un año de blog, setenta entradas, un millón de besos.


Hoy cumple un año mi blog. Y el caso es que me coge este aniversario en una mañana algo rara, nada inspirada, sin que parezca que vaya a escribir una entrada espectacular. Son las diez de la mañana del uno de septiembre. Domingo, mi hijo, estará entrando en este momento en la guardería. Comienza su camino hacia la vida de mayor. No queda otra. Esta noche ha dormido conmigo, en mi cama, mientras Lola lo hacía con su hermana en el salón (la pequeña ha salido calurosa y no había manera de que durmiera si no era con aire acondicionado). Ha dormido Domingo abrazado a mí, manteniéndome casi toda la noche al borde de la cama. La metáfora está servida: desde que nació mi hijo, mi amor, mi ídolo, yo estoy al borde de la vida para evitar que él, al acercarse, se caiga. Hoy comienza su educación escolar. Mi empeño seguirá siendo el mismo, ya manifestado aquí en otras ocasiones: “Domingo, cariño, manda a tomar por culo a todo aquel que, en cualquier momento de tu vida, te diga que tienes que asentar la cabeza”. Así lo hace su padre y no le va mal.
Escribo mientras mi hijo entra en la guardería acompañado por Lola y Adela, mi hija, mi amor, mi ídolo, duerme en el salón de casa. Aire acondicionado, por supuesto. Acabo de levantarme a verla. Un día de estos me la voy a comer de puro guapa que es. Adela ha nacido hacia la mitad de este año de blog. Hubo entrada que anticipaba el acontecimiento justo antes de irnos para la clínica (recordarán la entrada los más viejos del lugar, yo no pongo el enlace porque no sé hacerlo. SOS, Tato). De aquí a nada habrá algún que otro maromo pretendiéndola. Ya estoy ensayando la mirada de perro asesino que le dedicaré cuando lo tenga sentado en el sofá de mi casa. Mi empeño, con Adela, en fin…”Adela, cariño, manda a tomar por culo a todo aquel que, en cualquier momento de tu vida, te diga que tienes que asentar la cabeza”. Así lo hace su padre y, francamente, no le va mal.
Gracias a todos, mis queridos niños y niñas. Gracias por vuestros comentarios, que siempre llegaron cargados de cariño. No voy a nombrar a nadie porque ya se sabe que alguien siempre se queda en el olvido. Hoy mejor me quedo con los recuerdos.
El nombre del blog, por cierto. Nació el nombre de la nada. Sin razón que pudiera explicarlo con seriedad. Algún resorte desconectado habrá por mis interiores que impulsaron el nombre. Hace años leí una frase que me impactó: “somos lo que en apariencia hemos olvidado” (en “La pasión turca”, de Antonio Gala). Talvez en aquella lectura nació este blog.
El blog no ha cambiado mi vida, pero sí la ha enriquecido. He entrado en contacto con gente, cada uno de vosotros, que me parece fascinante. Un idioma común nos traspasa, compartimos idioma…y no hablo del castellano. A veces pienso si el blog es mío o es vuestro. Tonterías con las que uno pierde el tiempo: es mío y lo hago vuestro. No hay que darle más vueltas. En una ocasión pensé dejarlo, pero, ah, os echaba de menos.
Yo le agradezco a este blog, a vosotros por tanto, la ayuda que me ha prestado para escribir mejor. Escribir es un alimento básico que recibe mi corazón, así que la deuda es impagable. No puedo no escribir. Así de sencillo. Tengo una novela en cierne, que va a ritmo lento, pero va. Si la novela no llegara a ningún sitio (probabilidad alta), ya tengo entradas para un par de años…la iría soltando por aquí. ¿Por qué no? ¿Acaso no cuenta este blog con lectores que merecen la pena? Más de un escritor endiosado, y por ende enriquecido, y por más ende mediocre, envidiaría a los lectores que aquí entran.
No me extiendo más. Que os quiero tantísimo…habéis hecho realidad esa frase con la que principia la canción de Serrat: “de vez en cuando la vida, nos besa en la boca”.

¡¡¡GRACIAS!!!