domingo, 28 de febrero de 2010

Andalucía



No me siento orgulloso por ser andaluz. El orgullo como sentimiento de pertenencia a una nación, región o pueblo es un sentimiento que no tengo, que no entiendo, que no me llega. Sentir orgullo por un acontecimiento en el cual nada puse, que pudo haber sido otro por un millón de causas o por una sola, es algo que, ya digo, no comparto. Hubiera bastado un lugar distinto donde mi madre me pariera para que yo no fuera andaluz.

Sólo concibo el orgullo que emerge tras la consecución de todo aquello que, grande o pequeño, uno se propuso y logró.

Sí estoy, sin embargo, profundamente contento con esta circunstancia que me tocó en la vida: nacer en Andalucía, ser andaluz. Circunstancia que, seguramente, habría elegido si la oportunidad se me hubiera presentado antes de ser siquiera neonato.

Vivir en Andalucía y sentir que por mi sangre corre la forma de ser del andaluz es algo que puede llegar a emocionarme. Cuando me ha tocado trabajar fuera de mi tierra, la he echado de menos.

Me gusta todo de Andalucía, incluido lo malo que tiene, que no es poco. Una tierra que tira a pasiva y conformista, no nos engañemos. Una tierra maltratada y algo anclada en estereotipos, que se mira el ombligo un tanto más de lo necesario.

Me gusta todo de Andalucía, incluido lo bueno que tiene, que no es poco. Me gusta la Andalucía callejera y bullanguera, la que canta, la que siente, la que se come la vida, la que no tiene fin. Me gusta el acento que los andaluces ponemos en el habla.

Me gusta ser lo que soy.

Ya me ponen menos los símbolos: banderas, escudos, himnos. El flamenco, por descontado, me vuelve loco.

Creo que Cernuda acertó de pleno con su verso: “El sur es un desierto que llora mientras canta”.

viernes, 26 de febrero de 2010

Enredos y "El Manteca"

Mis queridos amigos:

Si vengo a decir que la vida, a veces, nos enreda, no vengo a decir algo nuevo. Es obvio. Mis entradas aquí y mis visitas a vuestros blogs se han reducido considerablemente en las últimas fechas. Enfermedades en la familia que, finalmente, se quedaron en sustos. Y yo mismo, que estoy de baja laboral por segunda vez en mi vida debido a una lesión de rodilla que, sin ser nada, me tiene el ánimo bajo sólo por la falta de costumbre ante la inmovilidad a la que me veo forzado, obligado. Enredos.

Por otro lado, estoy escribiendo contrareloj una novela corta que quiero presentar a un concurso literario. Novela nueva, que nada tiene que ver con la que anticipé en esta entrada.

De modo que, entre unas cosas y otras, tengo algo dejado bloguilandia. Os pido disculpas por ello.

Juan "El Manteca", sin embargo, sí es bastante más responsable que yo, a pesar de su fama. Aquí os dejo su columna para el programa de esta tarde en "La Radio de los Blogueros", donde hoy hablarán mis compañeros y amigos (servidor no podrá acudir) en la tertulia sobre la música de los años 60. Si quieren leerla, pulsen aquí.

El Juanmita está enredado, quién lo desenredará, el desenrador que lo desenredare...buen favor me hará.

Besos para todos.

viernes, 19 de febrero de 2010

La locura

Juan "El Manteca" escribe esta semana sobre la locura.


Besos y abrazos para todos.

domingo, 14 de febrero de 2010

Kundera.....y Adela



No recuerdo qué dice o escribe Kundera, sólo sé que lo tengo dentro, donde soy, donde respiro. Podría acercarme a mi biblioteca y extraer alguna frase literal de sus libros, pero eso sería engañarme. Engañaros. Me conformo con saber, con sentir, que está ahí, aquí, donde soy, donde siento, donde estoy. Donde he estado siempre. Bebo de la única libertad posible: la de la consciencia de las limitaciones. La limitación. Otra libertad no es más que la cara, otra cara, de la miseria.
Qué raro es en mí escribir borracho. Con el respeto que le tengo a la escritura. Grandes literatos escribieron así. Yo soy uno más. Os tengo abandonados desde hace unas tres semanas. Mentira. Hace tres semanas, más o menos, que no os visito, que no me dejo ver. Pero basta tomar una copa conmigo para saber que sois vosotros, mis queridos habitantes de bloguilandia, el motivo de mi charla. Allá quien no le interese. Tampoco me interesa a mí aquel a quien no le interesa aquello de lo que le hablo.
Estoy borracho. A qué mentir. Estoy borracho de ron y de vida, de miradas y risas, de entendimientos y no entendimientos. Volveré a veros, volveré a vuestras casas porque vuestras casas son la mía. Sé que me sentaré sobre las letras que escribís y me pondréis una copa. Sí, por favor: no necesito una copa, sencillamente quiero tomarla. Estar con vosotros, mi queridos bloguerinos, y saber que tengo un abrazo al alcance, un beso, un cariñito. Hoy en día poco más necesito.
Escribir borracho. Qué cosa tan difícil sin arrepentirse tras una lectura mañana por la mañana. Lectura que no llegará a tiempo. Voy a publicar esta entrada. Sólo soy lo que escribo, lo que voy escribiendo. Nada, salvo mis hijos y mi Lola, me importa fuera de ahí. Pero es mucho. Ser lo que uno escribe es una responsabilidad, un tú me dices lo que piensas pero a mí me da igual. Escribo porque me da la gana, porque es la única forma de soportar mi levedad de ser…¿no han leído a Kundera?, cómo puede ser eso….porque así me quisieron y así me quiero. Escribo porque algún día, dado que a mí no me ayuda, ayudará a alguien mi escritura.
Malditas mentiras. ¿Cómo puedo decir que a mí no me ayuda escribir? Escribir es respirar. No tenéis ni idea, mis queridos amigos bloguitantes, de cómo me vuelco en esta entrada. La más pura posible. No sé qué hacéis aquí. Yo vengo a contar la verdad. Mi verdad. Otro motivo no me conmueve. Y nada hago que no me conmueva. Os quiero. Quizá os necesito. Os necesite. Cualquier otra cosa que diga será mentira. Y nunca vine a mentir.
Mi querida Adela, esa mujer que lleva el nombre de mi hija, es un dato relevante en todo lo que digo. Vosotros, mis bloguerinos y bloguerinas, también. De un modo extraño y sobrevenido, pero cierto. ¿Escribir para mentir? Allá cada cual.
Estoy borracho. Escribo. Soy feliz…

viernes, 12 de febrero de 2010

Carnaval...Cádiz

Besos para todos.

sábado, 6 de febrero de 2010

Crónica de un nacimiento anunciado






"Carnecita de gallina
se me puso esa mañana
cuando vi que, en sus mejillas,
un agüita cristalina
hasta su boca resbalaba.
La sonrisa en las paredes,
enseguida lo noté,
sí...le di un beso enorme
y ese día fui más hombre
por esa ella más mujer.
Hice mis cuentas,
si es febrero, veinte, treinta,
por noviembre llegará.
Y, una a una, me fui bebiendo las lunas
pensando cómo será, ay, será...
Y sus dolores,
eran míos sus dolores
porque era un dolor de amores.
Y su miedo era miedo,
no hubo santos en el cielo
a los que no recé esa noche.
Y sus dolores, con su mano se me fueron
cuando me dijo "te quiero",
ahora hay que ponerle un nombre.
No sé qué me traerás
debajito de tus brazos,
si un premio de Carnaval,
si alegrías o calvarios.
Lo que traigas llevaré,
lo que lleves tomaré,
pero bienvenido seas,
yo te cuido, duérmete...
a la ea, ea."


(Nota: aunque me conmueve este pasodoble, no puedo estar de acuerdo -hasta ahí podría llegar la broma y la llantina- con esa frase que dice "y ese día fui más hombre/por ser ella más mujer": una mujer o un hombre no lo son más, o menos, porque no quieran o no puedan tener hijos. Una vez más, lo dejaré correr como licencia literaria)

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Primero lo conté
aquí. Al día siguiente lo hice aquí.


Vino al mundo, al mío, para sumar su luz a la de su hermano. Vino al mundo para reír y hacerme reír. Vino al mundo rápidamente, con ganas, según doblaba el mediodía. Lo primero que hizo su hermano en la vida fue caer en mis brazos. Lo primero que hizo ella es permanecer unos minutos sobre el vientre de su madre, reconociendo su olor, el olor a haber estado dentro, el olor más puro de cuantos puedo imaginar. Vino al mundo hace un año y yo, desde entonces, me acerco cada mañana a su cuna para cogerla, para darle un millón de besos (pensará, con razón, que su padre es un cursilón pesado). Vino al mundo, también, para llevar el nombre de una de las personas que más quiero en el mundo. Feliz cumpleaños, mi niña, mi Adela…

viernes, 5 de febrero de 2010

Las cositas que pasan...

Vaya par de semanitas que llevo, mis queridos niños y niñas. Mi suegro nos dio un susto importante que, por fortuna, se ha quedado sólo en eso: en un susto y, a partir de ahora, a cuidarse.
Luego, a mi gordito se le metió en el estómago un virus cabrón de esos que traen consigo vómitos y fiebres altas. Hoy, al fin, parece que comienza a remitir. Es habitual que esto les pase a los críos, pero es la primera vez que mi gordo, a punto de sus tres años, se pone malito...como me encuentre por la calle a ese virus malnacido le cortaré la yugular sin miramientos.
Todo ello me ha mantenido alejado de vuestros blogs. Ya creo que podré recuperar la normalidad. Mis disculpas van por delante.
Sin embargo, entre ratos de cierta tranquilidad, Juan "El Manteca" sí ha podido cumplir con la misión de su columna semanal, la que hoy leeré en su nombre en "La Radio de los Blogueros" y la que, si quieren, ya pueden leer en su blog. Hoy: "Los amos del mundo".
Gracias y besos para todos.

martes, 2 de febrero de 2010

La Comparsa del Puerto de Santa María



La noticia que inspiró este pasodoble que nos ha regalado la Comparsa del Puerto de Santa María (inmensa siempre, ¿no, Javier?) es ésta.

Me apasiona el Carnaval Gaditano y está uno de un sensiblero total...qué le vamos a hacer.

Ésta es la letra (atención al final, sencillamente prodigioso):

"Tengo un Dios, hace poco tiempo que ha nacío,

y dormidito está a mi lao.

Mi hermano el pequeñito, ay, a mí me ha curao.

Él nació por la ciencia de sabios doctores

y acabaron con mis sinsabores.

Llegó a este mundo como un enviao,

y me ha regalao, me ha regalao

esa salud que el otro Dios del cielo

no me había dao.

No entiendo cómo tienen dudas,

y hasta se critique por la Santa Iglesia,

aquel que me trajo su ayuda

y sea pecado el que naciera.

Que ya no tomo medicinas,

que ya con otros niños juego,

que bajo el brazo trajo vida,

y nadie habrá que impida

el quererlo.

Ea, nananita, ea,

cuando crezcas sabrás que tu hermano

para siempre seguirá a tu vera,

que se atreva nadie a hacerte daño.

Perdona Dios de las alturas,

tus curas me lo despreciaron.

Yo adoro al Dios que es pequeñito

y está dormidito...

aquí a mi lao"

lunes, 1 de febrero de 2010

Cuando el verbo pequeño...



Hubo un tiempo en el cual el hombre que aún no era aconsejaba al niño que fui. Comunicación interrumpida a día de hoy, donde el hombre que soy es incapaz de contactar con el niño que dejé de ser.