martes, 26 de mayo de 2009

Aniversario




Era difícil vencer la timidez, tanto como negarse a abrir el baile, esa cosa tan cutre. Es por eso que optamos por una canción que nos haría sentirnos más cómodos ante las miradas, las fotografías, las emociones y las guasas de los invitados. Mañana se cumplirán cuatro años. Lola y yo comenzamos a bailar en nuestra boda. Joaquín Sabina y Olga Román, tan grandes ambos, nos ayudaron a salir airosos con esta canción.
Era una declaración de principios entre los dos, para qué negarlo. Quizá los vayamos cumpliendo, quizá no. Soy persona de principios lo suficientemente asentados como para que no me cueste trabajo moverlos si llega la ocasión. ¿Vivir preso de principios o finales? No, gracias, prefiero la riqueza que me van ofreciendo los caminos. Así que no reviso la letra de la canción, me da igual si tenemos vecinas con puchero o no, si nuestro amor es civilizado o salvaje, si me eligen el champú. No tengo columpio en el jardín, eso es cierto. No tengo jardín.
Sólo sé, sólo me importa, que soy lo que soy porque Lola se instaló en mi vida. A lo mejor a ella le pasa lo mismo, lo ignoro, eso forma parte de su intimidad. Ni siquiera pregunto. La veo a mi lado cada día, me sigue mirando con la misma intensidad que la primera vez que lo hizo. Supongo que es feliz conmigo, no me demuestra lo contrario.
Me salvó Lola. No recuerdo dónde estaba yo cuando ella apareció para salvarme. Es difícil recordar y es imposible olvidar. Trampas de las que no suele ser fácil salir. No sé si alguna vez lo he dicho aquí: pasamos juntos las veinticuatro horas del día desde hace más de cuatro años, vivimos juntos, trabajamos juntos, codo con codo en la misma mesa, mismos horarios, mismas vacaciones. Y no, no nos cansa, no nos cansamos. ¿Llegará algún día el cansancio? Y yo qué sé. No ha llegado. Y punto.
Me gusta tener cerca a Lola. Ha llegado ha gustarme tanto que se ha convertido en una necesidad, en una opción, en una decisión nacida de donde yo soy yo. Con naturalidad y sin sospecha de patología, no me malinterpreten. Jamás nos hemos propuesto llegar juntos hasta el final de nuestras vidas, aunque todo se andará.
Domingo y Adela, nuestros hijos, van creciendo sabiendo qué cosa es el amor, el cariño, el deseo, el enfado, los abrazos, los sueños, las caricias, los silencios, las palabras rodeadas por los silencios, la vida…ese ensayo general.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Te amaré







Vengo de tu cuerpo, donde llegué tras discutir durante siglos con una brújula empecinada que siempre me señalaba otro lugar, como un amigo equivocado. Creo que me sentaré a descansar, a escribir que vengo de tu cuerpo…
Vengo de tu cuerpo, de estar donde estás, de nadar para sobrevivir, por aprender a contener la respiración entre brazada y brazada, entre los recuerdos como zalemas que se vinieron conmigo y los olvidos que, desmotivado o rendido, me ofrecerá el tiempo como un legado inevitable.
Vengo de tu cuerpo y recién descubro qué cosa es vivir, el significado de palabras que quizá habitaban en selvas remotas y vírgenes. Tu cuerpo es, ha sido, una selva. Y el mío sin el tuyo, mi cuerpo vencido por la lejanía y la soledad, padece la tristeza de los bosques, los nublados del día sobre la incertidumbre, una brisa huracanada sobre el alma que no sabe dónde anclar.
Vengo de tu cuerpo y siento algo parecido al miedo. Recién descubro qué cosa puede ser morir. Silvio Rodríguez me ofrece su mano y su guitarra…te amaré, te amaré, si estoy muerto, te amaré el día siguiente, además…Morir. Algún día habrá que hacerlo, supongo. Mientras tanto, no se me ocurre mejor opción que esperar ese momento viviendo. Venir de tu cuerpo, entregado, blanco y abierto, es vivir. Le pueden ir dando a la muerte, que venga cuando quiera…
Al igual que yo vengo de tu cuerpo, de tus manos como enredaderas y tus ojos calmados y felices, de tu espalda como un mar embravecido donde quise nadar para sobrevivir. Contengo la respiración. Vengo de tu cuerpo y parezco un caminante experimentado, un peregrino impulsado por la devoción. No sé cuánta distancia hay entre lo parezco y lo que soy, entre tu cuerpo y el mío. Hay respuestas que no tengo. Ni me importa no tener. La medida del espacio siempre me pareció un consenso injusto.
Al llegar a tu cuerpo, de donde vengo, me encontré con el mío. Sorpresa agradable. Hacía tanto que no lo veía. Y el caso es que no lo he visto mal, se ve que lo cuidas. Al fin y al cabo no necesita mayores cuidados que un par de besos cada ocho horas y una cucharada al día de alguna palabra amable. Me saludó mi cuerpo, nos abrazamos como viejos colegas. Y así, unidos mi cuerpo y yo, nos acercamos al tuyo. Es curioso, no hay mayor cercanía que la que emana de aquello que queda lejos.
Vengo de tu cuerpo. Descanso. Vivo. Escribo que vengo de tu cuerpo. Algún filósofo afirmó que no es suficiente la constatación empírica de tantos milenios para afirmar que, también mañana, saldrá el sol. Bueno, qué puñetero. Riamos la ocurrencia, a un tiempo tan inocente como dramática. Mi certeza es otra bien distinta: vengo de tu cuerpo y hacia él marcharé en cuanto ponga, aquí y ahora, un humilde punto y final.

viernes, 15 de mayo de 2009

Un poema arriba...


Gracias a todos los que habéis podido escuchar el programa. Sé sobradamente que a los demás os habrá sido imposible. En cualquier caso, me voy a poner pesadito y haré un recordatorio cada jueves. Uno siempre tuvo la conciencia de luchar por aquello que ama.



Gracias a Ramsés, que seguro ha sacrificado algún momentito de ocio. Gracias, Jordi de Triana, por esas palabras que siempre me dedicas con tanto cariño. Y permitidme que agradezca su presencia, especialmente, a mis queridísimas América y Susana, que han realizado el esfuerzo de escucharnos desde Venezuela y Argentina: ha sido emocionante el momento de ver vuestros comentarios.



Y gracias, en definitiva, a todos: los que estuvieron hoy y los que seguro lo harán en otras ocasiones.



Qué bonito es despedirse con besos, ¿verdad? Pues eso, besos que, por ser derramables, dejo aquí derramados.

jueves, 14 de mayo de 2009

Ilusiones blogueras

Queridos amigos, queridas amigas (maldito lenguaje desdoblado, no volveré a caer en la trampa) de bloguilandia, vaya por delante una declaración de amor: os quiero, os echo de menos, os sigo leyendo diariamente.
Iba a colgar hoy un poema escrito por mí hace tiempo, lo dejaré para el sábado. Os hablo de la ilusión.
Porque eso, ilusión en estado puro, es lo que nos mueve a cuatro personas a hacer radio cada viernes. Y con esta entrada os invito a escucharnos. Os cuento.
Durante el verano pasado, Fernando García Haldón decidió abrir en el programa "Protagonistas", en Punto Radio, una sección dedicada al mundo de los blogs. Aquella sección bebé fue tan bien cuidada y alimentada que creció hasta convertirse en un programa de radio completo: "La radio de los blogueros".
Con Fernando ya en otros rumbos de su trayectoria profesional, "La radio de los blogueros" está dirigida por Teresa Puig (autora del blog
http://teresapuig.blogspot.com, su última entrada vuelve a ser absolutamente recomendable) y la acompañamos el imprescindible Ali Trujillo, la maravillosa Natalia Romero y un servidor.
El programa tiene una escaleta que es cualquier cosa menos rígida e inamovible. Me explico: gran parte de la primera media hora la ocupa una tertulia, sobre el asunto que se nos ocurra, entre nosotros y uno o dos blogueros invitados (cuyos blogs tienen como contenido el de la tertulia). Si esta tertulia nos va saliendo bien, sus casi treinta minutos suelen convertirse en cuarenta. Entrevistamos posteriormente a un par de blogueros, ponemos alguna canción dedicada y, en fin, alguna que otra cosita más. Siempre vuela el tiempo.
¿Tiene el programa sentido por sí mismo? De alguna manera sí, se lo damos con lo que vengo diciendo: haciéndolo con una ilusión que no está contaminada. Nos emociona prepararlo, vivirlo y analizarlo después. Pero hay un pero que, en esta ocasión, es maravilloso: el sentido completo al programa se lo dan los blogueros que nos escuchan y participan. Y aquí voy.
A invitaros a que lo hagáis. ¿El qué? Escucharnos y comentar. Leemos en directo los comentarios que vamos recibiendo. Los comentarios de nuestros amigos blogueros son como un alimento que nos aporta los nutrientes necesarios a la ilusión. Salvo que se caiga en el insulto chabacano, en la grosería, lo cual no recuerdo que haya sucedido, no hay ninguna censura.
Emitimos los viernes en Punto Radio (93.0 F.M), de 19:05 a 20:00 hora española. En Internet estamos aquí:
http://blogs.abcdesevilla.es/laradiodelosblogueros/. Aunque basta poner en Googlelaradiodelosblogueros” para que nos encontréis. Una vez dentro, basta pinchar en “escucha en directo”.
Os explico la página del programa. Tiene entradas casi diarias que invitan a participar sobre asuntos que se tratan en el programa, también de Punto Radio, "Protagonistas Sevilla", que dirige el gran Cristóbal Cervantes y que se emite diariamente de 12:05 a 14:00, hora española. Aparte de estas entradas, en las primeras horas de la tarde de los viernes colgamos la entrada que corresponde exclusivamente al contenido de nuestro programa de ese día. A partir de ahí, ya se puede comentar. Luego, en directo, los leemos.
Y eso es lo que quería contaros hoy, mis queridos niños y niñas. Si podéis escucharnos, os espero nervioso como un novio en el altar. Será maravilloso encontraros allí. En fin, espero que la hora de emisión os venga bien.
El sábado colgaré un poema mío titulado “Luna, lunera”. Hasta entonces os dejo un beso cuya textura, melosa, es capaz de derramarse y deslizarse hasta llegar a cada uno de vosotros. Y vosotras. Dichoso lenguaje.