Anda uno por aquí, garabateando por días, garabateando los días, mecido por los amigos que lo quieren, extraño entre palabras, pensando que lo hace bien, ilusionado con el porvenir, instalado y tranquilo en el presente, visitando las esquinas del pasado para escribir grafitos sobre sus paredes pintadas por la humedad y el abandono, con la cabeza en ebullición…una novela que marcha, un par de columnas para la radio, una entrada para el blog.
Anda uno por aquí, entre libros amigos, un café que ilumina el día, un pitillo más encendido sobre oscuridades que procuran salvar los adjetivos claros, luchando porque se cumplan algunos deseos o sueños o ilusiones o caricias. Duerme la familia y ya anda uno por aquí tras dormir seis horas arracimado con su hijo, arrimado a su calor. Anda uno por aquí, leyendo la prensa, terminando de leer la novela de una amiga y mirando de soslayo la de otra, va uno teniendo amigos escritores.
Anda uno por aquí, solo y tranquilo, suavemente feliz. Y muere Miguel Delibes.
Se mueren las letras. Muere quien ha sido uno de los más grandes escritores del siglo XX. Un escritor de esos que cuidaban la gramática, la sintaxis, que nos regalaba un castellano recio, antañón, soberbio, culto, serio, rico, apasionante para quienes nos gusta este menester. A la mierda el Nobel.
Una de las cinco novelas de mi vida es “El Hereje”, a cuyas páginas voy a volver enseguida para deleitarme, para gozar con el lenguaje y su arquitectura, para aprender, para seguir aprendiendo.
Ha fallecido Don Miguel Delibes. Descansen en paz todas las letras que lo rodearon, las mismas que, al leerlas tras que él las combinara como pocos, muy poco tocados, nos hicieron, hacen y harán feliz.
Anda uno por aquí, entre libros amigos, un café que ilumina el día, un pitillo más encendido sobre oscuridades que procuran salvar los adjetivos claros, luchando porque se cumplan algunos deseos o sueños o ilusiones o caricias. Duerme la familia y ya anda uno por aquí tras dormir seis horas arracimado con su hijo, arrimado a su calor. Anda uno por aquí, leyendo la prensa, terminando de leer la novela de una amiga y mirando de soslayo la de otra, va uno teniendo amigos escritores.
Anda uno por aquí, solo y tranquilo, suavemente feliz. Y muere Miguel Delibes.
Se mueren las letras. Muere quien ha sido uno de los más grandes escritores del siglo XX. Un escritor de esos que cuidaban la gramática, la sintaxis, que nos regalaba un castellano recio, antañón, soberbio, culto, serio, rico, apasionante para quienes nos gusta este menester. A la mierda el Nobel.
Una de las cinco novelas de mi vida es “El Hereje”, a cuyas páginas voy a volver enseguida para deleitarme, para gozar con el lenguaje y su arquitectura, para aprender, para seguir aprendiendo.
Ha fallecido Don Miguel Delibes. Descansen en paz todas las letras que lo rodearon, las mismas que, al leerlas tras que él las combinara como pocos, muy poco tocados, nos hicieron, hacen y harán feliz.
13 comentarios:
Qué razón, Juanma. Aquí todos tan tranquilos mientras desaparece parte de nuestra vida. ¿Habrá alguien que pase cinco horas velando su cadáver?
Muy entrañable reflexión. Un abrazo.
Un gran escritor y una persona buena. Lo velarán sus hijos y nietos casi con seguridad, son muchos de familia, y medio Valladolid se pasará, era muy querido en la ciudad.
Recuerdo "Las ratas", "El príncipe destronado", que me encantó, y hoy especialmente "La hoja roja". Y "Diario de un cazador"... Miguel Delibes allá estará cazando por Sedano pero en el cielo.
¿Os acordaís de esos libros suyos en Áncora y Delfín, de los 70? Todavía los guardo...
Fue precioso este discurso suyo...
http://migueldecervantes.blogcindario.com/2009/07/00019-discurso-de-miguel-delibes-al-recibir-el-premio-cervantes-1993.html
Querido Juanma, bonito homenaje para el que fue, sin lugar a dudas, un gran escritor que tuvo la coherencia de escribir siempre con ética y estética (como él mismo se definía). Al leerte he recordado algunos de sus libros y resulta que le he leído muchos: Las ratas, El camino, El hereje, Cinco horas con Mario, Los santos inocentes, La sombra del ciprés es alargada... y no sé si me dejo alguno, pero en cualquier caso creo que noventa años es una larga vida, amén de siete hijos y una extensa narrativa que nos acompañara para siempre. Descanse en paz.
Un beso para ti.
Suscribo todas tus palabras amigo Juanma. Y me uno a ese "descanse en paz", que no por merecido, que lo tiene Don Miguel, resulta tan triste.
Nunca he podido dejar de esbozar una sonrisilla al ver una imagen de Delibes, o al ver o leer una entrevista suya.
Aquella adolescente de 16 años que fuí..pasó unos momentos tan felices e inolvidables, leyendo su libro "5 horas con Mario", (por obligación y con trabajo incluído, para el insti) que jamás he podido dejar de lado esa sonrisa ante´Don Miguel.Hoy...la última.
Besos amigo, Juanma...
¡Pedazo de entrada, querido Juanma! ¡Pedazo de primer párrafo! Seguro que el maestro Delibes se está abriendo una cuenta en gúguel para hacerte un comentario...
Por cierto, a mí también me encantó El hereje.
Un fuerte abrazo (y a la mierda el nobel)
Ay, otro que se nos va.A mí "El hereje" me impactó, y nunca olvidaré "Las guerras de nuestros antepasados" ni "Los santos inocentes", "Las ratas", ...en fin.Un beso
Nunca mueren Juanma...
Descanse en paz, querido Juanma.
Me sumo a tu precioso homenaje, has dicho todo lo preciso, lo entrañable...
Besos para ti.
Todos deberíamos de leer "El Hereje". Ya he dicho en otro rincón que nadie escribió mejor el necesitar a su esposa como él lo hizo en "Señora de rojo sobre fondo gris".
Juanma, me ha encantado, tú sí que sabes hacer un homenaje, amigo mío. Nosotros le recordamos y eso espero, le mantenga vivo... así que sigamos escribiendo todo lo que podamos, cuídamos esas letras que él tanto amaba y así con suerte, no le echemos tanto de menos.
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