Mi memoria es lo suficientemente bondadosa como para permitir que, en su interior, cohabiten y coincidan, beban y duerman juntos, los olvidos imposibles y los recuerdos necesarios. O viceversa: los olvidos necesarios y los recuerdos imposibles. En cualquier caso, soy poco más que lo que nace de la conjunción de ambos.
lunes, 1 de febrero de 2010
Cuando el verbo pequeño...
Hubo un tiempo en el cual el hombre que aún no era aconsejaba al niño que fui. Comunicación interrumpida a día de hoy, donde el hombre que soy es incapaz de contactar con el niño que dejé de ser.
Hay algunas cosas que nos hacen retomar el contacto con la niñez, y una de ellas son nuestros propios hijos, que nos recuerdan que un día fuimos así y por un momento a veces nos sentimos que podemos hacerlo todo, que lo podremos saber todo y que cuando seas mayor todo será una gran aventura. Sus risas nos devuelven parte de aquello que los años nos robaron, la inocencia.
Fernando: me siento raro, qué remedio. Pero mira que no es habiendo dejado esa zona, sino precisamente habitando en ella. Un abrazo y gracias.
Lisset: el gran, grandísimo, Umbral escribe en ese libro tan demoledor como tierno e impresionante, titulado "Mortal y rosa", que con el niño recuperamos una memoria que nunca hemos tenido: la de cuando fuimos niños. Besos.
Capitán: querido amigo, esto no es más que literatura. Un fuerte abrazo.
Ridao: de verdad que me alegra mucho verte por mi blog, que te pones tela de difícil. Y este comentario tuyo es estupendo. Abrazos.
Anónimo: a primeras horas de la mañana da de sí mi cerebro, de lo que pueda dar de sí, más que a ninguna otra hora del día. Gracias, eres encantador. Y lo digo de corazón. O, bueno, encantadora. Besos.
Rafael: intentaremos sintonizar el dial con toda la claridad posible. Un abrazo.
¿Tu crres que el niño que fuiste está lejos del hombre que eres? Yo todavía veo a la niña que sigo siendo, afortunadamente. La soñadora es eterna, la de los pajaritos.
Y Serrat... Sin palabras, él si que me hace soñar, y volar.
19 comentarios:
¿Y cómo te sientes habiendo dejado esa zona de nadie entre un estado y otro?
Un abrazo.
Hay algunas cosas que nos hacen retomar el contacto con la niñez, y una de ellas son nuestros propios hijos, que nos recuerdan que un día fuimos así y por un momento a veces nos sentimos que podemos hacerlo todo, que lo podremos saber todo y que cuando seas mayor todo será una gran aventura. Sus risas nos devuelven parte de aquello que los años nos robaron, la inocencia.
¿Seguro?, no se ve así en algunas entradas.
Un abrazo
Escríbele una de esas historias tan preciosas que nos regalas de vez en vez... Besos miles
Juanma, tú siempre llevarás contigo, lo mejor de ese niño que fuiste; que aunque a veces se esconde, sólo es a veces.
Besos para cuatro. Soco
Sigue intentándolo. Buena suerte;-)
Si te cruzas hoy con uno que lleva un claleco naranja, puedes saludarme, soy yo.
Magnífica entrada.
Un besillo (casto y cibernético, como los habituales)
¡no me digas que es tú cumpleaños¡
Y llegó la crisis de los 35 ¿?
Bueno, tranquilo, seguro que Lola te sube la moral...
Besotes
Yo creo que el niño lo llevamos siempre dentro, incluso a veces se nos sube un poco a la chepa...
Pues contacta con el niño que serás, que para el caso es lo mismo.
Un abrazo, Juanma. Me ha gustado mucho la entrada.
Cómo haces para ser así de ocurrente tan tempranito?
Creo que te estás poniendo viejo...
Un besito a ese niño que duerme.
Pues sigue buscando, pon los medios y verás como lo reencuentras y te habla.
Un abrazo
anma...El niño que fuiste va contigo, yo lo sé, lo he visto;)
Un besazo
Fernando: me siento raro, qué remedio. Pero mira que no es habiendo dejado esa zona, sino precisamente habitando en ella. Un abrazo y gracias.
Lisset: el gran, grandísimo, Umbral escribe en ese libro tan demoledor como tierno e impresionante, titulado "Mortal y rosa", que con el niño recuperamos una memoria que nunca hemos tenido: la de cuando fuimos niños.
Besos.
Capitán: querido amigo, esto no es más que literatura. Un fuerte abrazo.
Lola: gracias, Lola, amiga, todo se andará. Y que vosotros la leais. Besos.
Soco: ya sabes, juega al escondite. Muchos besos.
Olga: tengo muchas papeletas, caerá. Besos.
Miradme: besillos que te envío yo también, que otra cosa no se me ocurre decirte ante comentario tan enigmático. ¿O es que estoy perdido del todo?
mangeles: Lola lo sube todo. Y no es mi cumpleaños, querida. Y, si lo fuera, no serían mis treinta y cinqui, que eso quedaron atrán. Besos.
Leticia: a veces hay que darle en el culete. Besos.
Ridao: de verdad que me alegra mucho verte por mi blog, que te pones tela de difícil. Y este comentario tuyo es estupendo. Abrazos.
Anónimo: a primeras horas de la mañana da de sí mi cerebro, de lo que pueda dar de sí, más que a ninguna otra hora del día. Gracias, eres encantador. Y lo digo de corazón. O, bueno, encantadora. Besos.
Rafael: intentaremos sintonizar el dial con toda la claridad posible. Un abrazo.
marisa: ¡¡te invito a caramelos!! Besos.
¡Buen loco bajito!
Un abrazo.
¿Tu crres que el niño que fuiste está lejos del hombre que eres?
Yo todavía veo a la niña que sigo siendo, afortunadamente. La soñadora es eterna, la de los pajaritos.
Y Serrat... Sin palabras, él si que me hace soñar, y volar.
Besos a pares.
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