martes, 5 de octubre de 2010

De los sueños y la Voluntad II



Leo la postal, remitida por mi Voluntad a un apartado de correos que hace honor a su nombre (apartado), encontrada allí entre facturas y otras tristezas, y miro la vida que me queda alrededor para constatar, una vez más, que aún no necesito la ayuda profesional de un oculista.
Salgo a pasear por las mismas calles que en otro tiempo, tiempos que dieron nombre a este blog, que se presentan indecisos entre los olvidos y los recuerdos, entre la bohemia y la puntualidad, entre perfiles y muros, entre drogas y besos, entre lazos desatados y flores encontradas en un portal…tiempos que fueron anclados sólo por el poder mágico y omnívoro que ejerce la mirada egipcia de mi Lola eterna y para mí inmortal…salgo a pasear, escribía (que se me va el ritmo y todo eso), por las mismas calles que en otro tiempo me vieron deambular. Me encuentro. Reconozco a ese tipo que cojea con elegancia al andar.
Mi Voluntad toma el sol. Mis sueños se dan un baño de miel para que luego, cuando despierte de ellos, queden algunos hilos sueltos que aún se derramen con dulzura y quietud. Casi con mansedumbre. Yo entre ambos, Voluntad y sueños, en medio de una calle y mirando la vida circundante, pensando que a veces hay algo que contar.
Y vengo a contarlo.
Pero no sé qué. En ocasiones veo cuentos…podría decir parafraseando a aquel niño tan desconcertante. Tengo en la cabeza, principiante y tímida, la idea de una novela a partir de un dolor de muelas inexistente. Sí, tal cual. Uno, a veces, es un tipo algo raro. Y es verdad que jamás he tenido un dolor de muelas que merezca ser llamado como tal.
Todo lo que escribo es verdad. Mentir y escribir son, para mí, actos incompatibles. Creo que ya lo he dicho alguna vez en alguna entrada de mi blog que andará como el correo, apartada, perdida por ahí. ¿Escribo desde antes de aquella redacción del bachiller que fui? Sí, creo recordar que me inicié, como tantos, como todos, con poemas de amor escritos a una muchacha de la que estaba enamorado durante la Enseñanza General Básica. La Chari, única mujer que he querido y que tenía los ojos azules (dato en el cual caigo justo ahora, cuando me he puesto a recordarla junto a las demás).
La primera mujer que me besó en los labios compartía con ella el nombre, pero no ese color en los ojos. Abre tus ojos verdes, Marta, que quiero oír el mar…escribe José Hierro antes de encender un pitillo y tomarse una copa. Ojos verdes no los tengo entre mi colección de ojos vacíos y miradas que me arañaron o cuidaron. Ponga usted unos ojos verdes en su vida, ya me contará cómo suena el mar.
No viene al caso contar el por qué, pero el caso es que no vi el mar hasta la edad de catorce años. Y el caso es, también, que fue entonces cuando por primera y única vez en mi vida me bañé en él (mientras amanecía, momentos clavados). No hace falta que nadie me hablé de su sabor, mantengo la sal incrustada en los labios aunque han pasado, desde aquel amanecer, veintiséis años con sus amaneceres diarios.
Quizá esté equivocado y sí necesite la ayuda profesional de un oculista que me verdee la mirada.

El mar es una respuesta que continúo buscando.


(Ya les dije que no sabía por dónde me iba a llevar esta serie que he comenzado y que está dedicada a los sueños y a la Voluntad. Que voy hacia algún lado es algo de lo que estoy tan seguro como de que tengo el rumbo perdido y que me permitirá, una vez encontrado, llegar allí. Allá donde vaya. Yo, mientras tanto, me dejo ir. Soy un chico fácil…)

21 comentarios:

Paloma Corrales dijo...

Me llega tu rumbo perdido como si fuera propio, y también sigo buscando la respuesta del mar (eso ya lo sabes), me llega hoy, querido Juanma, como si fuera una enigmática ósmosis.


Un beso.

Anónimo dijo...

Mi voluntad se debió de ir con la tuya, pero si quieres creerme, no la echo de menos, pero no me quites los sueños que entonces me matas.
que placer da leerte, mi querido amigo. un abrazo

Fernando Moral dijo...

Mi voluntad toma el sol. Ole.
En cuanto al mar... no es una respuesta, pero contiene muchas, como fuente de todo que es.

Un abrazo.

Blimunda dijo...

Pártete de risa con lo qué te voy a contar: que yo también ví el mar por primera vez con catorce años (en el vieje de fin de curso de octavo de EGB)...
Me dá la impresión de que escribes sin corregir, o que a penas corriges, hay un hilo fresco como de monólogo, mucha espontaneidad en tus sueños, en tu voluntad de escribir.

Pon la cara que te dé un besazo.

Marisa Peña dijo...

"El mar es una respuesta que continúo buscando"...qué hermoso.Sigue Juanma, qué importa dónde te lleve, tú sigue, y nosotros, veremos el mar.

Leticia dijo...

Sigue dejándote ir, amigo, que vas por buen camino...

Aniquiladora dijo...

Pocas veces unas pocas letras me arañaron tanto el alma como hoy. Leerte ha sido todo un huracán de emociones. He pasado de la sonrisa a la fatal melancolía. Y aunque me pese, debo reconocer que en cierto modo ha sido placentero, no sé, como si de repente mis sentidos volvieran a nacer. Gracias.

Hasta siempre.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

No sabemos adonde te llevará esta forma de escribir a ti. A nosotros, tus lectores, nos lleva al placer de seguir a un gran escritor.
Un abrazo envidioso de los malos.

Lola Montalvo dijo...

Llevas un camino inquieto e inquietante que me anima a seguirte, a mirarte de lejos para no distraerte, para que puedas seguir vagando y dejándonos textos como éste.
El color de los ojos no tiene importancia, amigo, sino la vida que tras ellos guardan, el calor que te brindan al mirarlos y la invitación que te hagan de perderte en ellos.
Besos miles, amigo. Me encanta leerte.

Juanma dijo...

Paloma: efectivamente, era algo que ya sabía. Lo pensé al escribirlo. Besos.

Menalcas: ahí estarán las dos voluntades, panza arriba y pasando de todo. Gracias y un abrazo.

Fernando: las contiene casi todas, ¿verdad? Un fuerte abrazo (vengo de verte en youtube...genial).

Juanma dijo...

Blimunda: así, prácticamente no corrijo. Lo mínimo que se despacha en correcciones. En cuanto al conocimiento tardío del mar, ya te he dejado palabras en tu blog. Besos.

Marisa: seguiré, por supuesto, me fascina nadar. Besos.

Leticia: mientras tenga vuestra compañía, sin duda. Besos.

Juanma dijo...

Aniki: ayer fue emocionante leerte en tu blog. De corazón a corazón. Besos.

Rafael: jajjaa, vengaaaa, ¿cuándo nos vamos a tomar una cervecita? Abrazos.

Lola: inquieto no sé, querida, inquietante seguro. Ya veremos. Besos.

adela dijo...

...y dale con la voluntad!!!
Dios reparte las cosas y a ti te tocó el talento.
Deja eso para quienes necesitan un rumbo fijo o escribir un libro con la palabra fin.
Mil besos sinceros.

Anónimo dijo...
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Alejandro Muñoz dijo...

Ya me dirás algún día si tienes un cable USB que conecta el ordenador con tu corazón, o si la conexión es por WIFI o Bluetooth.

No es la primera vez que te lo digo. Tuyo es mi sombrero.

Naranjito dijo...

Yo tampoco sé donde te llevarán tus palabras, pero si me lo permites te seguiré un par de pasos por detras para aprender y disfrutar.
Un saludo.

La gata Roma dijo...

En fin, yo tampoco he tenido nunca un dolor de muelas que mereciera ser contado, casi creo que ningún dolor de muelas…
Auqnque si de uno de rodilla nació mi última entrada y columna, por aquellos que dices de escribir la verdad…
Y por eso tal vez no podemos dejar de escribir.

Te contaré un secreto, rara vez escribí poemas enamorados, yo comencé con seis o siete años, me gustaba escribir cuentos o historias, me gustaba escribir cosas que me gustaba leer… en fin, la motivación se disfraza pero siempre acaba por ser la misma…

Kisses


P.S. Lo del día ocho lo sabía porque yo, amigo mío, a veces, y solo a veces, lo sé todo… Espero tener que darte la enhorabuena

gaia56 dijo...

Tambien en el mar y su ajetreo suele estar la respuesta que yo busco... viene y va, me acompaña a veces, la disfruto, la añoro... en fin, la vida.
Un beso

Reyes dijo...

Ando más o menos en tu tesitura. Empiezo en breve mi particular entrega de "turbulencias personales".

Me encanta tu vida, tus sueños y tu manera de contarlos. No cambies, por mucho que te verdeen la mirada.

Anónimo dijo...

Juanma, chico fácil que se deja llevar por la belleza y los placeres.
Gracias por ese "Ponga usted unos ojos verdes en su vida, ya me contará cómo suena el mar", ¡Maravilloso!
No esperaba esta segunda parte tan exquisita.
Besos

América dijo...

De sueños y voluntad me proporcionas una lectura fresca,cálida,directa desde todos los sentidos,es lo que rescato de esta entrada la sensación que queda después de leerte,hasta los recuerdos ajenos remueves.

Otro abrazo.