¿Desde cuándo no me acerco a ti? ¿Cuántos días hace que ando por ahí perdido, enredado? ¿Por qué te he dado de lado si tanto me gusta tenerte cerca, acariciarte a medias entre el descaro y el respeto, mostrarte mi cara más tierna y luego, inmediatamente, la más salvaje? ¿Qué soy yo si dejo de ser lo que soy? ¿Quién coño me he creído? ¿De qué voy?
Se acabó la broma. Aquí me tienes. Desnudo ante ti, como siempre me he presentado. Sin secretos, sin miedos, sin otra cosa mejor que hacer. ¿Cómo? ¿Pensabas que todo se acabó? ¿Que me había marchado para siempre? Mira, está bien que te enojes conmigo, lo merezco, pero sabes de sobra que olvidarte es imposible. Y a quien no olvida sólo le cabe una opción: estar.
Estoy, por tanto. ¿No me ves? De alguna manera, soy otro, alguien que va aprendiendo a soportar al que siempre es. Aquí estoy, contigo, queriéndote de un modo desmesurado, sin medidas ni dimensiones, sin fronteras, leyes veces a incluso sin, con una pasión que torna continuamente en inundación, entre libros y ese pitillo que siempre queda encendido en el cenicero, solo ante ti, mirándote cara a cara, descubriéndote otra vez, necesitándote y acudiendo con urgencias, con deseos de amante desesperado, eternamente principiante y, empero, sabiendo de tus secretos, de tus laberintos, de tus escondrijos y enredos, de la textura de tus brazos cuando se abren de par en par y me reciben, me acogen, me cuidan, me recuerdan y añoran, me matan, me resucitan.
¿No me ves? Sí, soy yo. He vuelto para quedarme, nada soy sin ti. Nada quiero ser si no me quedas a mano. Gracias, querido idioma, por esperarme. Gracias por entender que, en algunas ocasiones, ando por el mundo a mi manera...
Vengo algo sucio. Dame permiso, por favor, para darme un baño en cada una de tus palabras. Las necesito como el agua y el aire. Imploro por ellas. Las eché de menos. Veo que me las ha cuidado bien. Prometo que sabré agradecértelo, aunque sé que nunca me pedirás nada a cambio.
Es el amor. Quien lo probó lo sabe.
Mi memoria es lo suficientemente bondadosa como para permitir que, en su interior, cohabiten y coincidan, beban y duerman juntos, los olvidos imposibles y los recuerdos necesarios. O viceversa: los olvidos necesarios y los recuerdos imposibles. En cualquier caso, soy poco más que lo que nace de la conjunción de ambos.
miércoles, 15 de septiembre de 2010
My way...
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13 comentarios:
En "El primer hombre" Camus dice: "El amor verdadero no es una elección ni una libertad. El corazón, sobre todo el corazón no es libre. Es lo inevitable y el reconocimientop de lo inevitable..."
Tu texto tiene un estilo a lo Juanma muy peculiar.
Besos y te recomiendo el libro de Camus, si es que no lo has leído ya.
Con el calorcito que hace esta noche en Sevilla me ha venido bien refrescarme en tu ducha de palabras.
Un abrazo y mi enhorabuena por el texto; fresco como siempre, querido Juanma.
Niño, yo sí que te echaba de menos... ¡y mucho! Báñate y sigue; tus palabras son algunas veces -y disculpa si parezco presuntuosa- éso que muchas veces quiero decir, pero no encuentro cómo. Tú siempre lo logras. Las palabras te aman y no te rehúyen. Anhelan tu caricia y el resultado es entradas tan bellas como ésta.
Besos miles
Ummmm... te han sentado bien las vacaciones...
Quillo Juanma, ¿tus musas donde las encuentras? Como dice tu amiga Blimunda el estilo a lo Juanma, me quedo embobao con tus palabras.
Un estrechón de manos, y duchate que sale más ecónomico.
Juanma, esto lo has escrito en todos los días de vacaciones y ahora nos quieres engañar diciendo que lo has hecho en un rato.
Que no, hombre, que no me creo que en un rato se escriba esto tan bonito a un ente tan cambiante como las palabras.
Un abrazo figura.
Blimunda: no lo he leído. Anotado queda. Amar es un reconocimiento, sí. Besos.
Alejandro: me he encantado este comentario, Ale. Muchas gracias y un fuerte abrazo.
Lola: ya me voy a enfadar contigo. Tus textos (distintos a los míos, vale) consiguen recrear con perfección lo que quieres decir. Y eso, querida, es muy difícil. Y lo consigues. Muuuchos besos (lo del enfado es bromita, claro).
Dama: jajaja, sí, más o menos. Besos, mi querida Dama.
Naranjito: pues yo vengo de leerte, emocionado. Así que ya me contarás tú también. Un abrazo.
Rafael: muchas gracias, amigo. Mira: mejor no te digo lo que he tardado en escribir esto, que te veo sacando una mano por mi ordenador y lanzándola al cuello. Un abrazo y, de verdad, muchas gracias.
Carajo amigo Juanma, tu si que estás enamorao....
Me gusta...
Abrazos.
Vaya si lo sé...
Besos, a todos.
Quizás con mi manía por el lenguaje, las palabras, las expresiones… No es amor de gramática ni ortografía, es amor de pragmática…
Y tu me has devuelto todos estos pensamientos, porque como ocurre a veces, el amor se vuelve cotidiano y la rutina podría matarlo…
Kisses
Es que esto que tú sientes, Juanma, es amor verdadero, del que dura para toda la vida, y no ese pendoneo que nos traemos algunos con las letras. Las letras te ven y salen corriendo a tu encuentro, la entrada en blanco te mira fijamente y se pone seductora para ti, más brillante, para que la manches.. ay, sigue bañándote en esas letras, pero por favor, hazlo desnudo, que ya sabes que es como prefiero que escribas. Un abrazo con olor a azahar.
A tu manera muy Juanma...Más que una intención o declaración es una afirmación a borbotones sin cortapisas...Sin restricciones, Te cuento, me llega escrito de una sola sentada y desde donde salen los sentimientos.
Un abrazoooo!
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