Cuando ambos coinciden, los sueños y la Voluntad, digamos que se nota, que se ven resultados, que las horas no pasan inútiles, que cunden y todo eso. Y en ello estoy desde hace un par de semanas: haciéndolos coincidir. Algún día, ignoro si lejano o no, tendrán esa coincidencia entre sus manos. En ello pongo mi empeño y empeño mi palabra.
Sin embargo, le gusta a uno dejarse llevar. Hablo por teléfono con mi querida e imprescindible Marisa, a quien considero mi hermana, de quien no tengo palabras para explicarles cuánto llego a quererla, y me dice que a ver cuándo actualizo mi blog…ahora que ella se ha sumado a mis lectores voy y la dejo, digamos, algo tirada.
Como me gusta cumplir sus órdenes, aquí estoy. Desde temprano, me he puesto al día en la mayoría (no sé si todos) de los blogs amigos y ahora, una vez cumplido ese placer, me siento en este salón de mi casa, que es la de todos, por aquello de escribir. Y escribo, como siempre.
Sospecho que mi Voluntad se ha dado por aludida en las dos entradas anteriores que ella ha protagonizado. Ha pagado lo que tuviera que pagar allí donde vacacionara (el ordenador subraya incorrección en el uso de ese verbo. Se equivoca. También lo hará si escribo vacacionase. Efectivamente) y se ha venido conmigo. Y aquí la tengo, instalada. Y yo, agradecido.
Mis sueños me preguntan que quién esa señora que, recién llegada, se ha tomado tanta confianza que abre el frigorífico sin pedir permiso y zapea a su antojo. Yo les digo que no se preocupen, que es buena amiga a quien no tengo el gusto de conocer. Sorprendidos por semejante respuesta, que roza con la estupidez, les sonrío y aclaro. O añado: a quien no tengo el gusto de conocer en profundidad, pero todo se andará. Me cae bien.
Anoche, mientras en el duermevela tertuliaba con mis sueños, charlaba con ellos y discutíamos sobre cada uno de sus pros y sus contras, entró mi Voluntad en el dormitorio y me obligó a levantarme. Cuando le pregunté qué quería, si necesitaba algo, si tenía frío y venía a acostarse conmigo, si podía ayudarla de algún modo, me dijo que no, que estaba bien, que en verdad estaba perfectamente y que eso significaba que había que aprovechar el momento. Me obligó a levantarme y juntos superamos las cien páginas de algo que voy escribiendo. Más o menos un tercio del total, calculo.
En las dos entradas anteriores dedicadas a los sueños y voluntades, concluí confesando que ignoraba hacia dónde me llevaban aquellas palabras escritas prácticamente sin pensar. No puedo concluir ésta del mismo modo: aquellas dos eran un llamado que ahora ha devenido en real. Imploraba, acaso sin saberlo, la ayuda de mi Voluntad tan frágil en apariencia, tan viajera y vagabunda. Y sí, ha acudido. Por aquí anda, un tanto mosqueada desde hace unos minutos porque vuelvo a escribir una entrada en mi blog. Algo para lo cual ella no ha venido. Se tendrá que joder (con perdón): mando yo. El blog es tan irrenunciable como lo son mis blogueros. Mando yo, no hay más que decir.
Tras superar las cien páginas, los sueños me llamaron. Nos miramos mi Voluntad y yo y acordamos que estábamos algo cansados. Nos fuimos a la cama. Mis sueños le gastaron bromas a mi Voluntad. Parece que comienzan a llevarse bien.
Creo que fui feliz soñando que mi Voluntad soñaba con sueños que yo sueño cuando sueño que sueño con alguno de los mismos sueños con los que mi Voluntad sueña cuando yo sueño que Ella sueña con sueños…
Y el caso es que continúo feliz.
Mi memoria es lo suficientemente bondadosa como para permitir que, en su interior, cohabiten y coincidan, beban y duerman juntos, los olvidos imposibles y los recuerdos necesarios. O viceversa: los olvidos necesarios y los recuerdos imposibles. En cualquier caso, soy poco más que lo que nace de la conjunción de ambos.
lunes, 15 de noviembre de 2010
De los sueños y la Voluntad III
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12 comentarios:
Escribir es como dice nuestro amado Antonio M Molina: Pura alegría. Imagino que por eso continuas feliz...y por es hermanamiento que yo no tengo, entre voluntad y sueños.
Me alegro mucho querido Juanma.
Adoro tu forma de contar y me gusta esa reconciliación entre tu voluntad y tus sueños, sobre todo si te hace feliz, pero te diré una cosa me congratula infinito que no renuncies a esta ventana, leerte es ya una adicción.
Besos, Juanma querido, y enhorabuena por esas cien páginas.
Como dice mi mujer, cuanto costará el libro y de que color, es para que haga juego con las cortinas. Si no, pasará al mi cuarto donde tengo las reliquias de bolsillo y los que releo una y alguna que otra vez. Ojalá yo tuviese esa voluntad y asi poder escribir como tu lo haces, no sé que me gusta más, si el que o el como, pero se te disfruta leyendo. un abrazo
Muy cierto Juanma, se te disfruta leyendo o se disfruta leyéndote o mejor, las dos cosas.
Y el caso es que continúas feliz.
Besos para cuatro.
Espero que ese libro del que ya llevas 100 y aún queda un poco, esté pronto listo para revista pronto. Pero como ya te dicen por aquí, no nos dejes solos mucho tiempo... se te añora cuando no te podemos leer. Besos miles y disfruta con lo que escribes, que eso siempre llega.
Tu mandas, vaya si mandas... ¿Qué opina Lola? :-)
Blimunda: imaginas bien, querida, imaginas muy bien. Besos.
Paloma: adicción compartida con tu blog. Y no creo que pueda renunciar al blog, no, no, no...Besos.
Menalcas: de llegar, ignoro el color. También el precio, pero no debe preocupar el mismo a tu mujer (la mía, por cierto, igualita...) porque volaría un ejemplar hasta tu casa por cuenta de la mía. Un fuerte abrazo.
Soco: muchas gracias, queridísima amiga. Y muchos besos.
Lola: el tiempo se me enreda, pero sacar para el blog se sacará. Muchos besos.
Leticia: ejem, ejem...miro para otro lado. ¿Próxima pregunta, por favor? Besos.
Has expuesto en forma muy bella (¿cuándo no?) sueños y voluntad.
Y me has hecho reír con muchas ganas, con esa "tertulia con los sueños" y la Voluntad entrando al dormitorio! Jajajajajà!
Besos mi guapo Juan Manuel y por supuesto, no se te ocurra renunciar a tu blog!!! ( o conocerás mi costado de Condesa Sangrienta!)
Màs besosssssss!!!
Voluntad y sueños, la preciosa emblemática Sinfonía de Beethoven,las plabaras flotan y el mensaje llega.
Bello Juanma.
Un abrazo.
Aaaains, cuanto te entiendo. Mi voluntad, mis sueños, mi blog, los blogs que leo…
Que combinación…
Pero bueno, intentemoslo una y mil veces. Al fin y al cabo me pasaba algo idéntico con mi columna de opinión, y al final logré domarla, y unificar un poco la voluntad, con los sueños, el gusto, cierto estilo… queda mucho que pulir pero si conseguí hacerlo con eso, podré con el blog, y si yo puedo, cualquiera puede
Kisses
Tú mandas sí, en todas partes menos en el corazón de Lola :))) Me alegra que no dejes nunca de escribir porque el salón de tu casa es uno de los que más me gusta y uno en el que siempre aprendo algo, ya sea a nivel literario o personal. Sé que tienes proyectos mucho más importantes que este blog, pero no nos olvides. Estos amigos y lectores, son importantes también y amenazamos con venir a suplicarte si te atreves a abandonarnos :))) Besos, Juanma.
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