jueves, 18 de noviembre de 2010

Destino final



Al tibio amparo de la dos catorce nos sorprendió aquel amanecer deslenguado tras la pleamar, tras tus palabras de vino y mar y las mías como azumbre y sal, tras tu cuerpo dormido junto al mío cansado, tras cortinas que se nos olvidó echar y sobre el resto de preposiciones que íbamos acariciando antes de hacerlas encajar entre frases, cabe los besos dados, contra el frío vencido, según éramos incapaces de distinguir la noche de la necesidad.
Nos cogía cerca aquel hostal inundado. Acaso el que vinimos a inundar. Tubos de neón simulaban el color amarillento y usado de sus paredes. En la recepción, un tipo calmado que dormía con los ojos abiertos nos dio la llave de aquella habitación, la dos catorce, que tan lejos nos quedaba aún, a un par de minutos, a un par de pisos, a un par de cuerpos, los nuestros, aún vestidos, codiciosos, tan recientes que ni siquiera se habían descubierto, tan nuevos que parecían arcilla no endurecida, moldeable, moldeables los cuerpos que hace unas horas no se conocían, se ignoraban, se nutrían con otros cuerpos que luego fueron irrelevantes, inútiles, descartados.
Coincidencias. El mundo, la vida, es una ecuación irresoluble, un campo donde arraiga el azar, donde el destino es una excusa para que en la sobremesa se mantenga un clima, una conversación anodina que de la nada viene y a la nada va.
El azar. Cuáles han sido tus pasos antes de subir a aquel autobús cuyo destino era el mar. Por qué iba desocupado el asiento que estaba junto al mío. Dónde hemos estado hasta hoy, hasta hace un rato, hasta que pedimos la primera copa en el primer bar que vimos abierto, hasta que supimos que ambos fumamos y a ambos nos gusta reír más que llorar. A salvo aquel que suponía la estación final de un autobús sorprendente, no hay destino alguno que fuera un lazo inaplazable. Es el azar, sólo el azar, no más que el azar.
Somos hoy, tú y yo, en el interior cálido de esta habitación usada, el resultado de movimientos azarosos, inconexos, desgajados, unidos. Dónde estabas ayer. Por qué te he encontrado hoy dentro de un verbo conjugado en presente, qué libros te gusta leer y qué has pensado mientras yo te acariciaba, te descubría al fin, calmaba mi sed antes de que saliera el sol. Que el sol no da de beber.
Te miro dormida a mi lado. Hemos pasado la noche haciendo el amor y quizá nos conozcamos algo mejor. Estoy cansado y, sin embargo, no puedo dormir. Ni siquiera creo que quiera hacerlo. Miro sobre la mesita de noche el llavero que tiene grabado un número, el dos catorce, el que corresponde a esta habitación que te acoge desnuda y tranquila, suavemente despeinada, con olores húmedos que te rodean sin inquietarte, como mis brazos también procuraron.
Te miro y recuerdo aquella canción que tantas veces he cantado. ¿Seremos un triste amor mal nacido? ¿Llegaremos a ser condenados? ¿Quién eres? Dime quién eres…
¿Tenemos la misma edad? Imagino que despiertas y tardas un segundo en saber dónde estás, en reconocerme. Es normal: un segundo es todo el tiempo inmenso que ha pasado desde que nacimos hasta este preciso instante. Buscaré una sonrisa que te tranquilice.
Me he enamorado de ti y luchar contra el azar es tan innecesario como triste.
Tengo tiempo. Duerme. Ya me contarás.

26 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

tras esas cortinas no echadas,
cabe un soplo de aire fresco,
ante el que me abro de brazos y piernas,
para dejarlo entrar en mi pecho, según él quiera entrar.
Que bueno eres, eso es lo que me manda el médico, pero mi mujer no lo entiende. Un abrazo

Blimunda dijo...

La virgen!!!!! Y tú además llevas dos novelas...y te sobran imágenes y tramas y maravillas para el blog ...Juanma que eres como una fuente.

Hoy en precaución he cortado la comida antes de leerte y veo que es lo que tengo que hacer siempre que abra tus olvidos y recuerdos.

Un beso(que envidia me dá esa fuente)

Capitán dijo...

"Cabe los besos", y que venga la Rae a decir nada, dí que sí.

Un abrazo

mangeles dijo...

Ohhh¡¡¡

Siempre extraordnario Juanma...uff..bellísimo...BESOSSS

carmen jiménez dijo...

Guauuu Juanma! De veras que todo cuanto escribes sabes escribirlo con las tripas, con el corazón, con las teclas o con lápiz y papel, qué sé yo, pero este destino final, este azar tan azoroso parece escrito juntando todo tu conocimiento en ese segundo que pareces haber nacido.
Unos lo llaman azar, otros destino, otros seguro que de otra manera. La cuestión es que parece que el cosmos se configurara justo para que todas las energías fueran a parar a la habitación dos catorce. Me pregunto en qué coordenadas está.
Mis felicitaciones por un texto tan lleno de imágenes poéticas.
Beso.

Marisa Peña dijo...

Pues no luchemos...dejemos al azar que nos lleve y nos traiga.Como el mar...
un beso mi Juanma...

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Y después de leerte; cómo sigo yo queriendo escribir.
Envidia insana.
Un abrazo

Lola Montalvo dijo...

Eres tan increíble. Te leo y me digo... «qué maravilloso poder poner palabras tan hermosas a algo tan intangible...». Pero tú lo haces y lo haces tan bien. Tus palabras son esas manos recorriendo una piel suave...
¡¡Me encantas!! Besos miles

Fernando Moral dijo...

Insisto en que me entusiasma este invento del monólogo poético. Se queda uno atrapado.

Un abrazo.

Susana Peiró dijo...

Este amante que se pregunta "¿Por qué te he encontrado hoy dentro de un verbo conjugado en presente...?" me resulta encantador.

En realidad, todo "Destino Fatal" es encantador por derecho propio.

Celebro amantes y amadas, con más preguntas que respuestas (¿acaso algo màs ideal?) y estas letrasssss Juan Manuel!

Besos, Besos, Besos y màs Besos!

América dijo...

Juanma,me ha encantado leer tu precioso texto escuchando la música que seleccionaste de Silvio,el tema es absolutamente revelador,es una mezcla muy emocional perfecta.

Un fuerte abrazo.

mariapán dijo...

...Y colorín colorado...TODO HA EMPEZADO...

¡Ay Juanmita! con lo sensibloide que ando yo hoy (cuestiones hormonales...no hay que preocuparse :-P), y me paseo por fin por aquí para encontrarme esta entrada perfecta. Visual, creo que sé cómo tiene la cara "la dormida", vi los colores de los neones semiestropeados y hasta casi puedo oler el aroma que impregna tu amor reciente mezclado con el olor a bar que traíais puesto...
Me encanta Juanma, muchas gracias por compartir estos textos viscerales y tan humanos, a los que nos dicen "raros" nos gusta leer la cotidianeidad del mundo y observar que ir enamorándose por la vida (aunque sea en los textos) es el motor...brrr brrrr

Ojú, vaya comentario largo...un besito guapo hombre!

Las hojas del roble dijo...

Qué bonito, coño

Un abrazo, Juanma

Nieves LM dijo...

dos novelas? cuáles?

Alejandro Muñoz dijo...

¡Un segundo, Juanma!
No somos nadie ante la eternidad.

Juanma dijo...

Menalcas: cuéntame, por favor, cómo entró al final. O al principio. Un fuerte abrazo.

Blimunda: querida mía, te quiero tanto. Y de envidia nada: me invitas a comer y punto. Besos.

Capitán: sabía que te iba a gustar eso. Abrazos.

Juanma dijo...

mangeles: siempre gracias, querida mía. Besos.

carmen: descubrir esas coordenadas, eso es vivir. Besos.

Marisa: así es, mi poeta de guardia. Plenamente de acuerdo contigo, como no puede ser de otro modo. Besos.

Juanma dijo...

Rafael: jajaja, ya te vale. Yo disfruto una barbaridad con tus historias, con tu forma de contarlas. Un fuerte abrazo.

Lola: gracias Lola, me emocionan siempre tus palabras. Besos.

Fernando: tú haces lo mismo, querido mío...y te salen unos poemas siempre sobrecogedores. Abrazos.

Juanma dijo...

Susana: sí, siempre más preguntas que respuestas. Es más atractivo todo, ¿no? Besos.

América: al elegir música, siempre te tengo presente. Así es. Besos.

mariapán: ¿tú crees que seremos mucho? Muchos raros, quiero decir. Besos.

Juanma dijo...

Hojas: ¡¡¡gracias!!! Abrazos.

Nieves: bienvenida y no hagas mucho caso. Aunque todo se andará. Besos.

Alejandro: puede ser, Ale, puede ser...dame un segundo y lo pienso. Un fuerte abrazo, querido amigo.

María Socorro Luis dijo...

Ay Juanma qué encanto de relato. Tan poético, tan creible, tan sincero, tan...

Estoy segura que tu novela, o novelas, serán maravillosas.

Besísimos para cuatro.

eutelia dijo...

Ella es casada (al menos en la canciòn).El marido es un personaje importante...esos "tristes amores mal nacidos", mejor "preferirla compartida". Y de seguro "tomar cuanto pueda ser".
Muy sentido texto,
Saludos,

Cita Franco dijo...

me siento como volviendo a casa sin hacerme ido. Me disculpo por mi ausencia aunque sé que no es necesario. Un beso. En la medida d lo posible intentaré caminar por aqui. Gracias por tu apoyo. Muak!

Juanma dijo...

Soco: siempre tan generosa conmigo. Siempre gracias, siempre besos.

Eutalia: ¿bienvenida? No lo pregunto porque dude que así sea, que bienvenida eres. Lo pregunto porque ahora no sé si ya me has comentado en alguna otra ocasión. Y fíjate que habré escuchado un millón de veces esta canción y no había pensado nunca que ella era casada. Torpito que es uno, en tantas ocasiones. Besos y gracias.

Cita: la alegría al verte por ésta que es tu casa ha sido enorme. Cuídate mucho, querida mía...por aquí ando, para ayudarte en lo que sea necesario. Besos, muchos, más.

eutelia dijo...

La canciòn està llena de alusiones a lo prohibido de ese amor. Si, ella es casada.
La 214 debe ser una guagua (ònmibus) que empieza su ruta al amanecer. El "tibio amparo de la 214" es el ruido de la guagua que les oculta y que les anuncia que ella se tiene que ir porque esta amaneciendo.
Silvio fue el ìdolo de mi generaciòn toda. Lo diseccionamos (algunas màs de cerca que otras) como podìamos, es decir, intensamente.
Gracias por la bienvenida!
besos,