
Mi memoria es lo suficientemente bondadosa como para permitir que, en su interior, cohabiten y coincidan, beban y duerman juntos, los olvidos imposibles y los recuerdos necesarios. O viceversa: los olvidos necesarios y los recuerdos imposibles. En cualquier caso, soy poco más que lo que nace de la conjunción de ambos.
viernes, 29 de enero de 2010
Cuentos y "El Manteca"

lunes, 25 de enero de 2010
Entre hermanos...
viernes, 22 de enero de 2010
Esos tipos despreciables
Ahora que estamos en pleno Carnaval de Cádiz, ese derroche de arte, libertad y creación, traigo aquí una agrupación de hace unos años: “Los Piratas”, comparsa de Antonio Martínez Ares.
Este blog tocó pocas veces la crítica social. Su dueño lo concibió, desde su origen, como una puerta que se abría al desarrollo de sus inquietudes literarias. Y bien que está cumpliendo sobradamente con esa misión. Desde aquellos comienzos, escribe uno más y mejor. La práctica continuada, el esfuerzo y el compromiso de mantenerlo vivo favorecen que así sea.
Pero hoy leo en la prensa que una mujer ha sido encontrada muerta en su domicilio. ¿Presunto asesino?: su compañero. No he podido encontrar el dato, no sé cuántas mujeres han sido asesinadas por un hombre en lo que va de este año al que aún no le hemos quitado los pañales. Ya son varias. También hay maltrato de la mujer hacia el hombre, lo sé. Otro día tocará. Hoy quiero denunciar a esos tipos despreciables que no saben qué cosa es la libertad o el amor y desarrollan, al amparo de esa ignorancia, un instinto asesino. Hay otros que no llegan a matar, se contentan con años continuados de palizas hacia su mujer (aquí, ese “su”, es relevante: la mujer es de su propiedad). Una mujer que vive vestida sólo con un manto de miedo.
En octubre de 2008 colgué esta entrada. A continuación, para quienes no estén familiarizados con la dicción gaditana, escribo la letra del pasodoble que acompaña esta entrada.
“Con permiso, buenas tardes,
vengo pa que me detengan,
qué cansá, voy a sentarme,
pues verá voy a explicarle
la historia de un sinvergüenza.
Lo quería con locura,
toa mi vía se la dí,
pero él sólo buscaba
una criada, una esclava,
una mujer para parir.
Siempre decía que tenía una quería,
una duquesa para él,
que le gustaba llegar por la madrugada
pa tenernos a su merced, su merced.
Y lo he matao,
a mi Juan yo lo he matao,
por haberme maltratao,
por sentirme una perra,
por hacerme una vieja
con cuarenta y pocos años.
Y lo he matao,
a mi Juan yo lo he matao,
y en mi alcoba lo he dejao
con mi llanto en sus labios.
Justicia no pido yo,
que conmigo no la habío,
quien me paga este dolor
y las penas de mis hijos.
Así que ya sabe usted,
haga lo que haya que hacer,
póngame una soga al cuello,
porque por primera vez
no tengo, no tengo miedo”.
Si imaginamos el futuro de esta letra, la mujer irá a la cárcel unos años y los niños crecerán sin padres. Es obvio que no está aquí, por este lado, la solución. No soy yo quien la defiende. Y tampoco creo que lo haga el autor del pasodoble. Aunque, por otra parte, por esa parte irracional que todos tenemos, ganas no nos falten. Dejémoslo todo, pues, en una metáfora.
viernes, 15 de enero de 2010
viernes, 8 de enero de 2010
La Radio de los Blogueros

Esta tarde, tras parón navideño, torna la emisión del programa de radio "La Radio de los Blogueros", que emitimos desde Punto Radio entre las 19:05 a las 20:00 -hora española y peninsular-. Para dejar ya los comentarios que luego leeremos en directo, y para escucharnos llegada la hora, basta con que pulsen aquí.
Nuestra tertulia de hoy, bajo la excusa del aniversario de la muerte de Galileo Galilei, estará dedicada a "Inventos e inventores". Como cada semana, la tertulia finalizará con la columna escrita de Juan "El Manteca", a quien un servidor pondrá voz.
Ya pueden leer esa columna. Y no me dejen aquí sus comentarios, déjenselos a él. (mañana, quizá pasado, estará colgado el audio con mi lectura de esa columna)
Gracias y abrazos. Os espero en las ondas.
jueves, 7 de enero de 2010
Una cuña de publi...
Los más viejos del lugar ya saben lo que van a saber los más nuevos tras los dos puntos: tengo la inmensa fortuna, el gran placer, de colaborar con Punto Radio Sevilla en su programa "Protagonistas Sevilla" (que se emite de lunes a viernes y de 12:05 a 14:00 -hora española y peninsular-). Lo hago con una columna de opinión que es semanal: cada miércoles entre las 13:05 y las 13:15 (no puedo ser más exacto con la hora porque depende de la escaleta del programa. Pero siempre en ese intervalo de diez minutos).
Si alguien quiere, y le viene bien hacerlo, me puede escuchar en el 93.0 F.M. a través de la radio (para habitantes de Sevilla; en algunos pueblos puede mudar el dial), pero también se puede hacer por internet, pulsando aquí (y, una vez ahí, hay un enlace que permite escuchar en directo Punto Radio Sevilla).
No tengo la costumbre de colgar aquí, en este blog, mis columnas. Pero hoy recupero la que se emitió el siete de enero de 2009. Hace un año, obviamente. En esta temporada actual el programa está dirigido por Patricia García Mahamud. Pero en la pasada, donde se emitió esta columna, lo dirigía mi amigo Cristóbal Cervantes (que es a quien me dirijo en el artículo).
Pues eso, un poquito de autobombo para empezar el año. Porque yo lo valgo. Espero que les guste.
Abrazos.
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Amigo Cristóbal, queridos amigos:
Pensaba yo que, tras el paso huracanado de la festividad navideña, volvería la normalidad. Pero…me he equivocado. Lo tengo merecido, esto me pasa por ponerme a practicar con esa actividad a la que estoy tan poco acostumbrado: pensar.
Me explico. Acabo de aparcar el coche más o menos donde siempre y me encuentro, de pronto, con una sorpresa: hay una rampa nueva, empinadísima, de acceso a la radio. Ni te cuento, querido Cristóbal, qué trabajito me ha costado llegar. He tenido que improvisar una pericia de alpinista, agarrarme a los salientes de las paredes, encontrar huecos de apoyo en el suelo y usar mis manos como si tuvieran un piolet incorporado. A mitad de camino me he cruzado con un gracioso que, no sé cómo lo habrá hecho, pero ya venía de vuelta y me ha saludado diciéndome: “ea, con Dios, que le sea a usted leve la cuesta de Enero, miarma”.
En fin, logré llegar a la radio. Exhausto, sí, pero puntual. Y aquí, amigo, más sorpresitas: he tenido que entrar de perfil, me he ido dando con las paredes del pasillo que conduce a la redacción, sortear la fotocopiadora ha constituido una hazaña, me ha sido imposible llegar a la mesa de Fernando y, bueno, al abrazarme contigo he notado, en tu mirada, lo que ha pasado por tu cabeza: “este chico ha puesto unos kilitos en Navidad”. Tendré que reconocer que me he pasado con los capones, gambones, polvorones, turrones y roscones, sí, ya sé, todo lo que rima con, ay, con qué, con…ay, qué apuro, bueno…con michelones.
Así las cosas, querido Cristóbal, no me va a quedar otra salida que tomarme en serio los benditos propósitos que, a principio de año, hacen de cada uno de nosotros personas perfectas, teóricas, bien es cierto, pero perfectas. Tengo entendido que hay unos lugares que se llaman gimnasios donde el cuerpo se pone en forma a base de torsiones y flexiones. ¡Vaya! Más rimas delicadas.
Mejor me callo y me quedo quieto. Al fin y al cabo, mi querido amigo, las madres siempre tienen razón y la mía, desde chiquetito, me tiene dicho que yo soy un Juan Cojones.
martes, 5 de enero de 2010
A dormir prontito...
Duerme. Duerme. Duerme…
domingo, 3 de enero de 2010
Cuando todo va terminando...
Amanece.
Despereza y desespera el día.
Abre la mañana con lentitud de flor mientras
sube un café solo, amargo, sin azúcar ni lírica,
y el sonido del tren traspasa ventanas y cuerpos.
Dentro de ese tren apaisado sé que vas tú.
Te imagino con ademán de idea cansada,
mirando el paisaje que se mueve como un dial:
un árbol, una casa, un puente, quizá un sueño.
No he ido a despedirte porque siempre me supo
a óxido un adiós, se me derraman los abrazos
y uso un idioma balbuciente, destartalado, negro,
donde apenas tu nombre aparece con claridad.
Anochece.
Hay un sol que parece un lacre del atardecer.
Llueven pájaros errantes en mi mirada sobre vías
que te han llevado a un destino enconado, vencedor
en su lucha contra el azar deshilachado que nos unió.
Ha sido el tren tu aliado, como un amigo y su regazo.
Y yo, en esta noche como envoltura de caramelo,
noto tu ausencia, cicatriz nueva sobre mi piel vieja,
entre humedades sombrías y papeles desordenados,
sobre recuerdos con carcoma y olvidos con analgesia,
tras mi alma jironada que marcha triste hacia la cama
y bajo sábanas frías que me adolecen, miran… y callan.
Hoy, al dormir, asomará el cadáver que tengo dentro.
El paso del tren te ha ofrecido vida nueva, luz clara.
Yo busco horarios que me lleven a ese mismo lugar.