Escucho esta canción (esta mismísima versión) cada día, en mi coche, camino del trabajo y sus circunstancias. Lo hago con el volumen a toda voz, pendiente de la carretera, quizá corriendo más de lo que debiera. O sin quizá. Vuela mi cabeza mientras conduzco al mismo ritmo que lo hace conforme voy tecleando estas letras. Sin parar, sin saber muy bien qué decir, qué pensar, qué imaginar. Sintiéndome libre, liberado, armado de recuerdos vencedores de olvidos, notando algún que otro dolor en cicatrices que, sí, están cerradas. Definitivamente. No soy un tipo marcado, sólo algunas señales delatan partes de mi pasado, donde no siempre fui feliz, donde no siempre sufrí, donde no siempre estuve, donde no siempre estuve donde debía estar. Escribo, escribo, escribo y os juro que no pienso lo que escribo, que no me detengo, que dejo a mis dedos esa labor mientras escucho la música de una de las canciones más impresionantes en la historia de la música moderna. Doscientos por hora. No hay miedo. Tampoco hay locuras innecesarias. No concibo locura más maravillosa que la que nace de lo que está previamente meditado. ¿Otras locuras? Ojalá estemos siempre libres de otras locuras, de aquellas que recrean en el cerebro alimañas tan invisibles como tocables. Doscientos por hora, escribo a doscientos por hora. A trescientos si la carretera y los caminos que abren mis letras lo permiten. Y paro, siempre, cuando encuentro un paso de cebra. Hay cosas importantes. Doscientos, trescientos por hora. Escribir es, para mí, una forma de amar. Y nunca pude renunciar al amor, a amar, a escribir mientras amo y me dejo amar. Escribir es gobernar sin necesidad de corrupciones ni amaños, es ir viviendo dentro de este mundo en el cual, antes de morir, nos vamos agotando. Escribir es un modo único, casi único, de caer en el agotamiento. ¿Casi único? Por supuesto, otra forma de caer agotados es la práctica del amor. Hacer el amor, decimos con pudor. Y el caso es que no me gustan otras palabras. No me gustan todas las palabras. ¿Escribo aquellas palabras que no me gustan? Bajo ningún concepto, ni siquiera cuando lo hago, como es el caso, dejándome llevar….Me he parado un momento. He releído todo esto que me ha salido sin respirar, un minuto sin respiración. Lo hago ahora, respiro, enciendo un pitillo. No voy a modificar nada. Vuelvo a coger velocidad. Talvez, algún día, mi coche me lleve al Hotel California, de donde nunca nadie puede salir. Espero que no. No quiero ya, quizá lo quise en otros años, sí, seguramente lo quise en otros años porque no concebía otra salvación. Pero eran otros años. Estos de ahora me tratan bien, no quiero renunciar a ellos. ¿Puedo no renunciar a todo aquello que quiero? Puedo luchar porque así sea, otro trabajo agotador. Y allí, en la lucha, sentir que no me he rendido, que no me vencieron, que escribo porque estoy vivo, que vivo para escribir, para luchar, para agotarme, para no respirar, para amar, para parecerme cada vez más a un loco, cínico, colgado y emergente que habita por algún lugar virgen de mi interior. A lo mejor tengo dentro el Hotel California. De ser así, ninguno de ustedes tiene necesidad de reservar. Tendrán su habitación siempre preparada. Podrán en ella dormir con tranquilidad.
Mi memoria es lo suficientemente bondadosa como para permitir que, en su interior, cohabiten y coincidan, beban y duerman juntos, los olvidos imposibles y los recuerdos necesarios. O viceversa: los olvidos necesarios y los recuerdos imposibles. En cualquier caso, soy poco más que lo que nace de la conjunción de ambos.
domingo, 12 de julio de 2009
Dejar de respirar...y escribir.
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21 comentarios:
Impresionante. También la canción. O mejor, mi canción.
Resérvame la 13, con vistas al mar, para cuando abra los ojos tras la resaca de la vida.
Un abrazo
Yo ya estoy en el Hotel, pero tú no, no vengas; tú sigue escribiendo a doscientos por hora, y no releas, o si lo haces, no corrijas nada.
¡Qué bonito!
....Her mind is tiffany-twisted, she got the mercedes benz
she's got a lot of pretty, pretty boys, that she calls friends
how they dance in the courtyard, sweet summer sweat.
some dance to remember, some dance to forget....
So, "this could be heaven or this could be hell" ´cause nunca sabemos dónde nos puede llevar finalmente la velocidad en una carretera, o una corrida mental.
Como fuere, adrenalina pura, has compartido este escribir a "mano alzada" y es emocionante!
Vivir, bah, puede ser una emocionante aventura, si nos animamos a cantar en voz alta, y ser lo suficientemente cuerdos para vivir nuestra locura, escribirla y compartirla.
Mi habitación, con vista al mar y Sauvignon Blanc a 12º.
Besos, besotes, montones y veloces Querido Amigo!!!!
Esta canción es un clásico y los clásicos siempre tienen una fuerza telúrica que nos obnubila...
Buena entada, querido Juanma.
Juanma, eres un genio. Lo digo aquí y en Chipiona.
Me ha encantado y de la canción, nada mejor se limpio las lágrimas, maestro.
Sobre cuando y cómo escriben los que de esto saben... y tu vas camino de... ;-)
¿Conoces 'Escribir en un tic' de Francesco Piccolo?
Un abrazo
Antonio
Magnífica entrada, Juanma. Insuperable hotel en el que cualquier habitación me servirá. Gracias por escribirte.
Un beso a los cuatro.
Una canción que el olvido no desintegra,escribir a mano alzada es como pintar de la misma manera,catarsis,inspiración sin que la moldee la razón,un soplo de brisa fresca nos da en el rostro mientras nos asomamos a la ventana.
Un abrazo amigo....
Como recuerdo tus comienzos querido Juanma ¿te acuerdas?, esa entradas pequeñitas y con tantas dudas.
Pero hoy me has transportado al pasado con esta entrada y sobre todo con Hotel California, al primer beso a escondidas, a la primera palabra de amor.
Me conformo con cualquier habitación con vistas al mar.
Un beso grandote
Me encanta lo que dices. Escribes, vives.
Por cierto, me alegró verte de nuevo en casa...
Me parece una canción maravillosa,de las que dejan huella para siempre...
Pero tu texto acelerado, dinámico, absolutamente sin pensar demasiado, como saliéndote del alma para ir directo a quienes tenemos la suerte de leerte es otro gustazo que nos ofreces y asi lo disfruto...
Un beso fuerte.
Er Tato: o mejor aún, nuestra canción. Reservada. Faltaría más. Un abrazo.
Fauve: alegría enorme verte por aquí. Iré de visita, ¿vale? a tomar una copa. Besos.
Susana: Sauvignon Blanc a 12º. Ok. ¿Hubo alguien con mayor cordura en la Historia que D. Quijote? Besos, besos, besos, besos...
Julio: gracias, Julio. Los clásicos siempre nos dan algo de comer. Un fuerte abrazo.
Javier: ay, querido mío, qué amable siempre conmigo. Se llora escuchando la canción, sí señor, se llora. Un abrazo.
Antonio: no lo conocía, tomo nota. Un gran abrazo dentro de tu callejón.
siempreconhistorias: te serviría cualquier habitación, pero tendrás una entre las mejores. Besos.
América: gracias, mi inteligente, apasionada y apasionante amiga. Escribir con el corazón abierto tiene sus contraindicaciones, pero me dan igual. Besos.
sevillana: con vistas al mar y a otros besos. ¿Los comienzos? Ja, ja, ja...inocentes y maravillosos. Ya voy camino del año, querida madrina. Besos.
Descubre: bueno, gracias.
Leticia: como dice el señor González Romano, se hace lento el blog en estos meses. Te sigo leyendo, aunque imperdonablemente no me pare a comentar. Un fuerte beso.
SIB: muchísimas gracias. Así es y así lo juro. El texto está escrito en menos de cinco minutos, acelerado, sin pensar. Besos.
¿Quién es ese señor que dices? Ni en verano lo vemos lo que quisiéramos...
Ya sabes, Leticia, uno de esos blogueros, uno de esos tipos...
Ah mi querido amigo! El placer narcisista de escribir por escribir...
Cuánto te reconozco y qué bonito te sale, aunque a mi sigas gustandome más cuando te me mueres de casto y de sencillo -ya lo sabes-.
Un abrazo.
P.D. Que sepas que ya siempre te estaré vigilando por esta maravillosa ventanita que me brindas.
Mi querida Adela: bendita vigilancia. Prometo, en próxima entrada, escribir tal cual te gusta. Que yo sé bien cómo es. Dicho lo cual, dos cosas más: has leído textos míos mucho más cargados y, por otro lado, estás perdida...siempre te gustaron.
Un beso enorme.
Veo que tu practicas la técnica de escribir con ambos lados del cerebro, dicen que es la mejor forma, vomitar, vomitar,...sale siempre lo mejor.
Genial por la habitación, me reservas una en la planta superior, me gustan las vistas y el viento.
J.
Querido Juanma: Aquí llego, con una carreta llena de MUCHAS GRACIAS por TÉ!
Qué fibra esa niña! Por supuesto, sabías muy bien que me gustaría! A estas alturas no necesito presentarte mis gustos en sociedad! Jajajajajá!
Te beso y te vuelvo a besar y agradecer, también por las bellas letras que me dejaste en el blog. He tenido (y tengo) días complicados de tiempo, pero aquí toy!
Más besos para Vos, Guapo!!!!
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