viernes, 9 de octubre de 2009

Colección SILTOLÁ de poesía y Juan "El Manteca"

La Fundación ECOEM, cuyo presidente es Javier Sánchez Menéndez, presentó ayer en la Biblioteca Infanta Elena su colección SILTOLÁ de libros de poesía. Una aventura editorial de este tipo, en este siglo nuestro que se sienta con descaro en el sofá y pone sus patas sobre la mesa, es sin duda una aventura poética, una isla que asoma con descaro entre continentes preocupados por un virus o una guerra.
Permítanme, que me lo pide el cuerpo, una reseña periodística del evento…desde la primera fila.
El acto comenzaba a las 20:00, pero yo llegué con una hora de antelación, creo que el primero. No conocía la Biblioteca y me apetecía darme una vuelta por allí, donde me reencontré con un olor capaz de curar cuitas: el olor de los libros. Tenía, además, muchas ganas de ir viendo cómo llegaban blogueros a los que me apetecía mucho conocer al fin.
Fui en taxi y ya tuvo su punto poético el trayecto. Transcribo el diálogo con el taxista (un chico muy joven, quizá no sevillano, quizá novato en la cosa) y aclaro, para mis amigos no sevillanos, que la Biblioteca está situada en pleno centro histórico de la ciudad:
- A la Biblioteca Infanta Elena, por favor.
-
¿La Biblioteca?
- Sí, la Biblioteca Pública, bueno, a lo mejor es Infanta Cristina –me hizo dudar-, la que está justo al lado del Teatro Lope de Vega-
- ¿El teatro?
- Sí, el teatro, justo al lado de la Universidad, la antigua Tabacalera –juro dos cosas: que no daba crédito a la conversación y que es tan cierta y literal como aparece aquí. Hubo otras perlas durante el recorrido, pero ya las obvio porque el interés de esta crónica es otro-.
-
Ah, bien, ya, ya, yo es que como no soy de leer, no sé dónde están las bibliotecas.
En fin. Sonreí con tal de ser educado y no decirle que yo, que no voy a misa, sí sé, por ejemplo, dónde está la Catedral.
Y sin embargo, llegué a buen puerto. Me dejó el chico en la puerta, en la correcta, además. Ya de lejos vi a Javier Sánchez sentado en una cafetería cercana. Más no me acerqué aún, digamos que me conformé con tenerlo controlado. Entré en la biblioteca y me dejé llevar un rato por los pasillos. Creo que fui feliz durante media hora.
Salgo a la calle, enciendo un cigarrillo y otro más. Va llegando la peña poética y bloguera. Aparece Jesús Cotta y me reconoce (nos habíamos visto una vez). Nos saludamos, nos alegra vernos, habla con rapidez este hombre de tantos pensamientos, es nervioso y es bueno, es inteligente y humilde. Me alegra la tarde con una proposición deshonesta que acepto inmediatamente, sin reparos ni condiciones, y de la que ya saldrá noticia cuando corresponda. Llega también Juan Antonio González Romano, el profe, dudamos brevemente entre la mano o un abrazo que es, finalmente, el gesto que se impone. Se le nota nervioso y hace acopio de su seguridad para defenderse. Llega Javier Sánchez, atractivo, educado, cordial, al verme me saluda con sinceridad y calidez. Y llega también quien yo esperaba especialmente: José Miguel Ridao. Lo reconocí sin dudas, desde que dobló la esquina y fue acercándose. Lo dejé saludar a sus conocidos antes de acercarme, cuando estuve a medio metro de él también supo que yo era yo al extender mi mano. No le dije “parmenídeo”, tal y como le había prometido según vieja afrenta, porque le vi más cara de padre con cuatro niños: “el Ser es, el No Ser no es”, y Ridao, definitivamente, no es parmenídeo.
Llegada la hora, Javier Sánchez ejerció de jefe de sala y nos invitó a ir pasando al salón de actos, el cual, si bien pequeño, más pequeño se quedó para tanta gente. Lleno hasta la bandera, con gente de pie. Yo me senté en primera fila. Antes del comienzo del acto, me llama la atención una señora que estaba sentada detrás de mí: “¿eres Juanma, verdad?” (se ve que la foto con cara de capullo de aquí abajo ha eliminado mi anonimato con eficacia). “Yo soy Aurora, del blog Máster en Nubes”. Me alegró mucho conocerla, se le quitó el enfado que tenía conmigo porque di mucha vara cuando yo tenía vacaciones y no el resto (en fin, una historia del blog de Ridao, que da para mucho) y me dijo que le encantaba lo que yo escribía de Lola. Gracias, Aurora, gracias de corazón.
Comienza el acto…poético. Toma la palabra Javier Sánchez, agradece todo lo que hay que agradecer, explica el qué y por qué de la colección SILTOLÁ de poesía y dice, concordando con lo que yo había pensado y sentido hacía una hora, que la Biblioteca, a pesar de ser nuevo edificio, ya tiene la solera que da el olor de los libros.
Cada poeta debiera darnos una breve introducción de su intención poética y, a continuación, leernos cuatro poemas de cada uno de sus libros.
Comienza Juan Antonio González Romano y, así, de entrada, ya confiesa que hace trampa, siempre astuto, pícaro, inteligente: el orden de sus poemas implica que leerá cuatro que no son cuatro sino más de cuatro. Sus coplas, como le dije después, me desmontan y me vuelven loco. El título de su libro: “Señales de vida”.
Continúa Miguel Agudo, quien nos dice que para él la poesía no es un arma, sino un juego. Que a veces le salen greguerías. Para muestra, ya saben, un botón: “El camión de la basura va recogiendo la madrugada”. El título de su libro: “Cuando Herodes la Tierra”.
Toma la palabra Jesús Cotta, quien nos hace reír: “El político busca la Justicia, el filósofo la Verdad y el poeta la Belleza. El político, cuando no encuentra la Justicia se vuelve pragmático; el filósofo, si no halla la Verdad, torna relativista; pero el poeta, si no encuentra la Belleza, se pega un tiro. Es por eso que no hay políticos ni filósofos suicidas, pero sí poetas”. El título de su libro: “A merced de los pájaros”.
Sigue con la palabra el poeta Elías Marchite, con quien también reímos. Cuanta un chiste en el que un amigo le dice a otro que fue histórico un concierto concreto de los Sex Pistol, a lo que el amigo responde que cómo puede decir eso si sólo asistieron cuarenta y dos personas, y qué, responde el primero, cuántas personas hubo en la Última Cena. Nos dice que en su poesía encontraremos pocas o ninguna metáfora, pero, ay, luego nos lee lo siguiente: “Una luna es la dueña de mi vida”. El título de su libro: “Tiempo muerto”.
Cierra el acto la poetisa Olga Bernad. Nos dice que la poesía, escribirla, es algo nuevo para ella, que lleva dedicada un año y medio. Creo que está nerviosa, suspira cuando concluye su lectura y, por lo bajini, le comenta algo al Profe (supongo que eso, un “menos mal, qué nerviosa estaba”). Somos de la misma quinta y acaba de publicar su primer libro. Hay esperanzas. El título de su libro: “Caricias perplejas”.
Todo concluye. Los poetas firman. Yo hablo con Ridao, con Fernando. Se me acerca una chica encantadora y, cuando me dice quién es, pienso que no había otra posibilidad: es Parsimonia. Lo dicho, un encanto de mujer. Me dice que le gusta cómo escribo, pero que prefiere los relatos cortos. Yo, que no puedo ser más torpe, pienso que prefiere mis relatos cortos. Luego, ya de madrugada dando vueltas a esta crónica en mi cabeza, caigo en la cuenta: ¡prefiere escribir ella relatos cortos! Lo dicho: torpe perdido. Ella me disculpará y, en cualquier caso, le llegará mi promesa: un relato dedicado. Aurora me dice que me lee siempre aunque no me comente. Creo que lo hará aquí, en esta crónica. La espero. Se presenta, porque me reconoce también, otro bloguero al que me apetecía mucho conocer: Julio, quien me saluda con cariño y de quien debo decir que mejora mucho al natural (esa foto de tu blog, Julio, te hace mayor). Bastan pocos segundos para saber que es un gran hombre, así que es algo que puedo afirmar.

Y voy cerrando, que esto se alarga más de lo recomendable. Aprovecho que el Pisuerga pasa por aquí para deciros que ya tiene publicada su columna semanal Juan “El Manteca”. Hoy nos habla sobre la Muerte, que es el asunto de la tertulia que esta tarde desarrollaremos en “La radio de los blogueros”. Una pregunta, una enorme curiosidad: ¿por qué entran aquí todos mis amigos y, sin embargo, no lo hacen tanto en el blog del Manteca? Acérquense, por favor, les aseguro que es un hombre de mi total confianza. Buena gente. Su blog:
http://juanmanteca.blogspot.com.

Nada más. Volví de nuevo en taxi. Esta vez con un taxista normal, quien supo llevarme sin dudarlo a mi destino. El cual, pesadito que es uno, se llamaba Lola.

28 comentarios:

Leticia dijo...

No sabes lo que siento, por cercanía con uno de los autores, ya sabes, no haber podido asistir al evento (un marido enfermo tuvo la culpa). Entre otros deberes, se imponía tratar de averiguar quién eras. Una pena.

Marisa Peña dijo...

Juanma, qué pena no poder compartir con vosotros ese momento.Me muero de ganas de daros un abrazo real, no virtual.En fin...Seguro que disfrutásteis mucho.Besos, guapo.

Capitán dijo...

Juanma, pues yo no pude estar, pero tu crónica me ha hecho disfrutarlo casi como si hubiese estado.

Un saludo

Juan Antonio González Romano dijo...

Gracias por la crónica, por acudir, por el abrazo, por todo. Y espero que pronto podamos volver a coincidir con más tiempo y charlar tranquilamente...
Un abrazo, amigo.

mangeles dijo...

Es que el Manteca se rodea siempre de MUJERES...y el Juanman y los Siltolá...siempre andan de amiguetes chicos...a mi me parece que la CUOTA SEXISTA ANDA MAL REPARTÍAAAAA EHHHH..

Besossss, Juanma.

Pd. Intentaré buscar por los madriles la colección Siltolá

Máster en nubes dijo...

Me encantó saludar y conocer por fin a Olga -que sólo conocía por teléfono y correo electrónico-, a Juan Antonio y Ridao, y ver a Cotta y JSM, estos 2 últimos los únicos que conocía personalmente. Y por supuesto a ti (cuyo "Lola" me hizo llorar en su día, y más cosas, ahora que ya no te tengo miedo te voy a dejar un comentario en algunos entradas aunque sea a toro pasado, vale ¿no?) y a Parsimonia, que es una mujer en-can-ta-do-ra (también leía su blog, y lo mismo, por no estar en todos lados básicamente).

Lo has contado tan bien que yo sólo añadiría un apunte malévolo o benévolo porque no puedo resistirlo, no puedo, eso me pasa cuando cojo confianza.

Todo estuvo perfecto como tú cuentas, yo me reí mucho además. Además todo el mundo es más guapo en persona que en el blog, lo digo como lo siento. Voy al grano, que me pierdo.

Cuando iba a empezar a hablar Cotta cruzo la sala por delante de la mesa de los poetas una chica impresionante, vestida de verde, mulata, guapa de parar la circulación. Estuvo muy oportuna, muy propia, yo creo. De hecho le he escrito a Javier que si estaba en el programa del acto de presentación de Siltola y todo, porque es que fue al pelo como introducción a las palabras que Cotta dijo a continuación de los poetas y la belleza, en fin, que las miradas fueron geniales... Lo siento, no sé, yo es que lo vi, y como lo vi lo cuento: joé con los poetas y la belleza, es que no pueden... con ella, en fin, eso, poetas (y hombres) (se lo conté a Olga esta mañana y me dice "pues ni me fijé", ya le he dicho, claro, porque no pasó Sean Connery por medio y encima tú tenías que leer, como para fijarte)

Un abrazo y perdón, vaya rollo y vaya tonterías las que cuento ¿ves por qué no comento, Juanma?

Aurora

Anónimo dijo...

Eres un pesado con lo del Manteca. ¡Coño! ¿le debes dinero o algun tipo de favor sexual? es que no se entiende que seas tan cansino...

Y no soy tu amigo.

Otro Anónimo, pero Bueno dijo...

Anónimo, eres un desagradable, el Manteca es el Manteca, ni más ni menos, coño.

Cállate o vete.

Juanma dijo...

Leticia: siempre la culpa de los hombres, ay....Yo estuve todo el rato haciendo esa averiguación contigo. No sabía, obviamente, que al final no habías podido asistir. Se darán otras oportunidades. Un beso.

marisa: lo pasamos muy bien, los poetas estuvieron geniales. Y ese abrazo real que nos daremos será un buen achuchón. Besos.

Capitán: muchas gracias y bienvenido. Me alegra verte por aquí. Un abrazo.

Juanma dijo...

Juan Antonio: así lo espero yo igualmente. Estuvieron ustedes magníficos, de verdad. Un fuerte abrazo.

mangeles: no sabes cómo te echa de menos el Manteca...Besos.

Aurora: qué alegría verte por aquí. Bienvenida a ésta que puedes considerar tu casa. Ni rollos ni tonterías, por cierto. ¿Y cómo se me iba a escapar esa mujer? Tremendamente guapa. Pero no relacioné su paso por delante del estrado con el momento en que relatas, fíjate. Pero verla, anda que no...Muchas gracias por todo. Un beso.

Juanma dijo...

Anónimo: por ser éste mi blog es fácil entender que puedo hacer en él lo que considere oportuno. Al igual que las personas que deciden entrar y comentar con entera libertad. Agradezco que usted haya decidirlo hacerlo e intento, a continuación, satisfacer su curiosidad: no debo nada a Juan "El Manteca". Le voy a confesar una intimidad: es él quien me debe a mí, y mucho...pero es que yo soy así de generoso. Finalmente, agradecerle también su aclaración final, la cual, por otra parte, no era necesaria.

Otro anónimo, pero Bueno: muchas gracias por tus palabras, de corazón. Un abrazo.

Juan Antonio González Romano dijo...

Aurora, la mulata es mi cuñada, y también es poeta, pero en portugués...

Juanma dijo...

Gracias, Juan Antonio: guapísima tu cuñada. Un abrazo.

Jesús Cotta Lobato dijo...

¡Magnífica crónica! ¡Qué memorión y cuánta capacidad para fijarte en todo! Yo sí que me fijé en la mulata, pero me esforcé por que no se me fueran los ojos tras ella, teniendo en cuenta que yo tenía el deber de parecer respetable. Un abrazo, mi querido Juanma.

América dijo...

Querido Juanma.

Agradecida por la reseña,me ubicaste inmediatamente en la zona del evento,de la peña poética y bloguera ,tengo el gusto de visitar los blogs del señor Javier Sánchez Menéndez,el de Juan Antonio,Julio y José Miguel .
La crónica plena de detalles nos ha acercado a una velada extraordinaria,proyectos hechos realidad pero sobre todo un encuentro distinto.

Felicitaciones.
Un abrazo y hasta un beso te mando por esto!....Saludos a Lola.

Alejandro Muñoz dijo...

Sentí mucha pena por no poder acercarme. Como sigas haciendo estas crónicas, en la próxima presentación solo estaréis los de la mesa y tú.

El resto lo seguiremos cómodamente desde casa.

Máster en nubes dijo...

Pues guapísima tu cuñada, Juan Antonio, una belleza de mujer y si es poeta además o antes, qué suerte.

Una alegría verte y tu hija la de los ojos esos tan especiales podía ser maga, se lo dije pero creo que no quiere.

Un abrazo a todos.
Aurora

José Miguel Ridao dijo...

Maravillosa crónica, Juanma. Fue un placer conocerte, si yo hubiera tenido algo contra ti tampoco te habría insultado, je je.
Eso es una cuñá, Juan Antonio. Im-prezionante. Y si no fuera poeta tampoco pasaría na.

Lo dicho, Juanma, una alegría saludarte.

Anónimo dijo...

Muy bien contada la crónica, exacta y cálida.
Fue un placer conocerte y eres fiel a la imagen que me hacía de ti: sereno y amable. Muy agradable.
Gracias por tus palabras y espero el relato.
Besos.

Olga Bernad dijo...

Juanma, acabo de llegar a Zaragoza y vengo hasta tu casa desde el enlace del profe. Qué bonita crónica. Yo lo tengo todo como mezclado, entre los nervios, las presentaciones a tantísima gente, las firmas de ejemplares... vamos, que me alegro mucho de que me lo cuentes en orden y bien;-)
Por mi parte, tienes razón, sí, estaba nerviosa, pero esa sala abarrotada me hizo sentir rápidamente en casa.
Me llevo el mejor recuerdo de la ciudad, de sus gentes y del acto en sí, que salió perfecto. Y es que la compañía era perfecta...
La próxima vez te identifico;-)
Un abrazo.

Julio dijo...

La fotogenia no es lo mío, pero echamos un buen rato, aunque breve, Juanma. Nos debemos unas cervecitas.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Y esa mulata¡¡¡

Anónimo dijo...

Llego por el buscador quepuse mulata y me he cagao en to al verlo quehay

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Adorablemente pesadito, y bien que haces. La envidia me mata por el encuentro que ya me hubiera gustado a mí,y estar en Sevilla,así que no pienso decir nada más porque la rabiame corroe,y el verde no me favorece y las hieles tampoco...
Un beso.
(Comoyo si paso por el Manteca no me siento aludida,anda)
Besos a los cuatro.

Juanma dijo...

Cotta: ni por esas lo conseguiste, Jesús, lo de parecer respetable digo...se te notaron las chirivitas en los ojos. Un abrazo.

América: querida mía, lo habrías pasado muy bien. Besos, mi apasionante y apasionada amiga.

Alejandro: ja,ja,ja...en la próxima no habrá crónica. ¡¡Así que todo el mundo presente!! Un abrazo.

Juanma dijo...

Ridao: lo mismo te digo. Pero qué iba a tener yo contra tí, hombre de Dios, bendito, que eres un bendito...Un abrazo.

Parsimonia: en fin, ya ves que me doy cuenta tarde de mis torpezas. Pero lo hago. Un placer conocerte, de verdad. Una gran sorpresa. Besos.

Olga: un honor verte por aquí. Tus poemas, una delicia. Y Zaragoza, por cierto, una ciudad que llevo en el corazón como ninguna otra (salvando Sevilla, es obvio, pero eso es otra historia). ¿Y ese mensaje al móvil que te sonó? Ay, jajajaja...esos puñeteros artefactos. Un beso muy grande.

Juanma dijo...

Julio: no te enfadas, ¿verdad? Te debo unas cervecitas...por bocazas que soy. Un fuerte abrazo.

Javier: ¡¡hay que ver el plan!! Un abrazo.

Anónimo: no entiendo ni el mensaje ni el anonimato.

Siempreconhistorias: también tú habrías disfrutado mucho. Y El Manteca, anoche, me dijo que le gusta verte por su blog. Besos.

Anónimo dijo...

Como si hubiera estado allí, hermano Juanma, gracias a tu crónica. Lástima no haberme enterado a tiempo, con esta indolencia que me lleva últimamente. Ah, el no amor...
Un abrazo.