martes, 3 de febrero de 2009

El beso de Victor Laszlo


Esta entrada está dedicada a mi querida Susana, autora del blog http://lacuevadesusana.blogspot.com, una cita imprescindible para mí desde no hace mucho tiempo y ya para siempre. Y bueno, dueña de una voz...en fin...cómo decirlo...a ver, a ver...pues no sé...DUEÑA DE UNA VOZ.
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De acuerdo, Victor Laszlo se quedó con Ilsa, pero el único que la besó en los labios fue Rick”. Así resumía Mondrian “Casablanca” mientras Anne preparaba un café, encendía un pitillo y tarareaba “As time goes by”. La tarde caía con suavidad y lentitud, perfecta, condescendiente, tranquila como un animal que rumia y perfilada como un boceto sin emborronar. Era la décima vez que veían la película en dos semanas porque Anne preparaba su tesis sobre ella y necesitaba un hilo del que tirar. Su profesor le había dicho que arriesgaba eligiendo “Casablanca”: el trabajo debía aportar algún elemento original y sobre esa película dudaba que no estuviera todo escrito y dicho. Pero Anne, como Ilsa, quería entrar por la puerta de atrás, aparecer entre sombras, sorprender al indómito y tierno Rick, engañarlo, apuntarle al corazón antes de besarlo, llegar a un final del que dicen nadie supo hasta la misma mañana en la cual se dispusieron a rodar.
Con el café humeante sobre la mesa, como un amor cargado y amargo que tantas veces es imprescindible para sobrevivir, Mondrian fumaba sin percatarse de que lo hacía con el pitillo a medio colgar en la comisura de los labios, a lo Bogart con su pasado arañado mientras un negro fascinante y leal acompañaba con la canción que Anne acaba de poner en su equipo de música. “…The fundamental things apply…”, las cosas fundamentales se juntan iba a repetir Mondrian antes de levantar la mirada del cenicero cuadriculado, funcional y estético a un tiempo, callarse y comprobar que la mirada de Anne, fija en las baldosas del mundo, habría triunfado en Hollywood.
Hace ocho años que la conoce, coincidieron en la Universidad, siendo compañeros desde el primer curso, y Mondrian, aunque abandonó los estudios antes de concluir el tercer año para trabajar en un negocio familiar, siempre tuvo tiempo para continuar a su lado, ayudándola, mostrándose fiel como un perro enamorado y anhelando que un silencio cómplice o clandestino se instaurara entre los dos, un silencio bondadoso, un silencio que fuera refugio, cobijo, que los transformara en niños que juegan y se esconden, un círculo que dejara fuera las palabras que hacían de ella una chica universitaria de expediente brillante y futuro prometedor y de él un dependiente triste de una ferretería secular.
El amor, esa cosa tan propia del cine. De los silencios que nunca llegan a tiempo de salvarnos.
Ahora está con ella para intentar sacar punta a una película demasiado afilada, cuyo guión saben de memoria los cinéfilos. Tiene un blanco y negro que coincide con el de la vida, piensa Mondrian mientras Anne lo mira como lo hiciera a un pájaro encerrado, a un sueño con depresión, a un tipo que parece vencido. No le hace falta empuñar un revólver para apuntarle al corazón. Duda si le hace falta besarlo, si acaso lo necesita, si tienen vida los besos que nunca se dan, si esta tarde dibujada tras las ventanas no es más que un decorado y ellos una reencarnación. Anne sonríe al comprobar que iba vestida de azul, tal vez el mundo se esté derrumbando y ella no lo aprovecha para enamorarse.
Mondrian no tiene ni la más mínima idea de lo que hizo anoche, nunca hace planes por anticipado y se ha acostumbrado a vivir sin pedir explicaciones. La quiere y sabe que no la tendrá. La quiere y siempre estará a su lado. La quiere y sólo respira porque ella vive. La quiere y la busca en el interior de la décima copa, en el fondo de la noche, en los tejados alquilados por los gatos, tras los pasos de una sombra alevosa. La quiere sin demandas, sin planos cortos ni escenas entre la niebla. La quiere y la saborea como si fuera de almíbar, como si creyera en la resurrección, como si pudiera escribir algo que fuera cercano a una segunda oportunidad. La quiere, la desea como tierra firme tras el naufragio y los compañeros ahogados. La quiere tal y como imagina que la quiere. La quiere como si fuera un verso inolvidable y certero, una paradoja que habita en la pizarra, una fotografía en la cubeta, una Idea tan inalcanzable que hubiera gustado a Platón, un recodo inhabitado, una cita a la que no podrá llegar con puntualidad. La quiere y sabe que no se consuela con algo original: siempre le quedará el beso que le dio en uno de sus sueños. Ahora que ni sabe ni quiere soñar…

21 comentarios:

andal13 dijo...

"...You must remember this
a kiss is just a kiss,
a sigh is just a sigh.
The fundamental things apply
as time goes by..."


Ah, pero ése beso, ¿era sólo un beso?
Estupendo texto (cómo me gustan tus historias "de cine"!!!)

Marisa Peña dijo...

Te estoy aplaudiendo aunque no me veas, querido amigo... casablanca, "As time goes by", tu verbo pleno y envolvente y "ese café como un amor cargado y amargo". Gracias juanma, gracias por ser y estar. besos (también a Susana que ha sido, gracias a Carmen , un gran descubrimiento)

José Miguel Ridao dijo...

Magnífico relato, Juanma. "Dependiente triste de una ferretería secular", qué bien descrito. Ella va de azul y está buscando a un Bogart vestido de rosa, pero Mondrian va de gris, como los alemanes.

Un abrazo.

Juan Duque Oliva dijo...

De aquí saldría otro Casablanca seguro.

BEsos

Susana Peiró dijo...

Querido Amigo: Sorpresa, Honor, Alegría, Placer, todo se convoca a la hora de tu glorioso artículo. Bello, bellísimo Juanma!

La bella y trágica historia de amor, sigue dando su mensaje:

“It's still the same old story
A fight for love and glory
A case of do or die
The world will always
Welcome lovers
As time goes by...”


Una Anne que como Ilsa, quiere entrar por la puerta de atrás, aparecer entre las sombras (un momento mágico en la película) y apuntarle al corazón antes de besarlo. ¿Acaso no es privilegio de toda mujer que se precie de tal?

Ella sonríe cuando nota que va vestida de azul…” tal vez el mundo se esté derrumbando y ella no lo aprovecha para enamorarse”. En ocasiones Juanma, el mundo conspira contra el amor, en otras, los protagonistas levantan trincheras, como Anne y como Mondrian.

Mondrian siempre estará a su lado –como Víctor al lado de Ilsa- y seguirá soñando con el beso que nunca le dará. Qué excelente homenaje a Casablanca!

Estoy emocionada con el exquisito y minucioso manejo de los detalles, con las sutilezas y el refinamiento de esta historia....preciosa!

Es un placer Amigo Querido leerte siempre…pero esta ocasión es muy especial. Es mi película favorita, y Vos lograste traerla con toda intensidad, y embarazarla de esta otra historia. Un arte!

¡MUCHAS GRACIAS! Por la emotiva dedicatoria, por terminar esta maravilla y publicarla, por la emoción, y por dejarme un recuerdo for ever de El Beso de Víctor Laszlo.

Te abrazo Juanma, con todísimo cariño! Qué gran trabajo!

Juanma dijo...

Andal13: qué buena pregunta planteas, da para otro texto que vete tú a saber a dónde nos pudiera llevar. Por cierto, un beso.

Marisa: sabía que esa frase te iba a gustar cuando la estaba escribiendo. Muchas gracias y muchos besos.

José Miguel Ridao: muchas gracias. He enlazado tu blog al mío (me ha enganchado la entrada del premio). No había pensado en que Mondrian iba de gris, pero tienes razón. Un abrazo.

Luz de Gas: es imposible otro Casablanca, mi querido Juan. Pero gracias.
Un beso, mi luz de gas.

Juanma dijo...

Susana: gracias a ti por haber leído esta entrada del modo en que lo has hecho. Está dedicada a ti por los grandes momentos vividos en tu blog, y ya me quedo tranquilo al comprobar que te gustó.
Ya te dije que ésta era una vieja historia, pero ha sido recuperada y concluida a raíz de la tuya, también dedicada a Casablanca en tu blog. Siempre nos quedarán, siempre tendremos, estos caminos de ida y vuelta.

Besos, besos, besos, siempre besos...

Julio dijo...

Querido Juanma: me pregunto si, efectivamente, tienen vida los besos qu nunca se dan. Me parece una frase de una calidad literaria acojonante (con perdón). Enhorabuena por tu entrada,amigo.

María Socorro Luis dijo...

Sólo puedo decirte tres palabras:
Hermoso.
Gracias. Y
Sigue escribiendo así
Soco

Susana Peiró dijo...

Maravillosos caminos de ida y vuelta, Juanma!

Si es un privilegio, claro que lo es!, compartir con semejante interlocutor!

Besazo Amigo!!!! y Nuevamente, mi agradecimiento!

FLACA dijo...

Hermoso relato Juanma, realmente. Me gustan mucho esas historias en donde la ficción del relato se mezcla con otra ficción.Y me impactó especialmente porque mi hija está justamente haciendo ese trabajo de mirar una película hasta en el último detalle para entregar una monografía sobre ella. También sus amigos le ayudan.
Pero me fui de tema, estaba diciéndote lo mucho que me gustó tu relato. Un abrazo.

Juanma dijo...

Julio: en esa cuestión de la vida que llevan los besos que no se dan, hay otra entrada. Un abrazo y siempre gracias.

María Socorro: al final fueron más palabras...si es que a tí también te pierden. Un beso fuerte.

Flaca: esas palabras de cariño desde tu boliche...y por supuesto que no te fuiste de tema: lo bajaste y pisó tierra. Me gustó dónde aterrizó. Un beso.

Juan Antonio González Romano dijo...

Literatura y cine en estado puro. Todavía Casablanca sigue dando para momentos inolvidables, como éste. Un abrazo, Juanma.

Anónimo dijo...

Los besos que nunca se dan se pierden para siempre y eso es una verdadera lástima. Gran entrada, Juanma; tu prosa es excelente, y tu sensibilidad.

Juanma dijo...

Profe: "Casablanca"...ya quisieran muchas películas aguantar así el paso, y el peso, del tiempo. Gracias, un abrazo.

Octavio: se pierden esos besos, sí, pero habrá entrada donde los busquemos...ya veremos el resultado de esa búsqueda. Un abrazo, querido Octavio.

Navegante dijo...

Epa amigo, una cinematográfica, que bueno.
Siempre un gusto pasar por aquí para deleitarme con tus escritos y, para no cometer el error de escribir demás, de excederme con el halago hasta que suene poco natural, me quedo con eso "de los silencios que nunca llegan a tiempo de salvarnos".
Abrazo sin The End, porque esto continúa...

carmen jiménez dijo...

Yo quiero que me quieran así. Exactamente de la misma manera que es capaz de amar Mondrian. Pero con beso. Con un beso de verdad. O tal vez esté soñando ahora y no lo sepa, porque el insomnio me juega esas pasadas.
Un texto maravilloso Juanma. Tu manejo y conocimiento del lenguaje hace que todo adquiera una grandez especial.
Mi admiración y mi cariño.

Juanma dijo...

Navegante Del Alma: comparto contigo ese temor de ir dejando comentarios en los blogs de mis amigos y que puedan sentirlo como no naturales. De todas formas, no es el caso con tus visitas por mi casa, te lo aseguro. Y por supuesto que esto continúa, no está haciendo sino empezar. Un abrazo, mi querido argentino.

media luna: como siempre, gracias por las palabras que me das. El insomnio yo creo que es de lo pero que nos puede pasar, ¿verdad? Siempre es mejor soñar, aunque sean pesadillas. Un fuerte beso.

Yana dijo...

Exclenente, sin palabras, muy bueno, me ha encantado, nos seguimos leyendo

http://gymbrainstorming.blogspot.com/

Híspalis dijo...

Precioso homenaje. Me ha encantado la entrada...

Un fuerte abrazo.

María dijo...

www.brillanporsuausencia.blogspot.com