sábado, 17 de enero de 2009

The End



Clark Gable, pícaro y elegante, me ofreció un pitillo justo en el momento en el que Errol Flynn, más pícaro y menos elegante, comenzaba a tocar el piano con su miembro en erección. La fiesta, una noche más, iba muy bien, por calles de dirección prohibida. Encendí el Chesterfield intentando conseguir una mirada inquietante y cinematográfica que al final, también una noche más, me quedó a medias entre la bohemia y la miopía. Eché de menos un contraplano o contraluz que remarcara la pulcritud de mi indeferencia, que difuminara mi imagen tras la primera bocanada de humo y provocara en los demás la sensación de que soy un tipo marcado, alguien sin cartas guardadas a quien mejor no acercarse a pedir la hora. Que me dejaran en paz era un buen favor.
Como sucedía siempre, la cocaína y whisky comenzaban a surtir, en corrillos al principio arrinconados y luego en mitad del salón, su efecto orgiástico, el desenfreno estelar. Pero Errol, atento, sabía que el único estímulo que yo necesitaba era un buen trago de ron, al que ordenaba poner mi nombre en la botella. Aquella noche, cogiendo personalmente el teléfono con su mejor sonrisa ladeada, se había preocupado por invitar a Mariola, una chica de origen italiano con la que yo solía trabajar para que realizara el atrezo que exigían mis guiones.
Trataba habitualmente con ellos y a veces aparecían en mis sueños, pero nunca me interesaron más allá las estrellas de la pantalla, siempre empecinadas en corregir los diálogos de mis películas. Prefería a quienes trabajaban duro y ni siquiera les importaba que su nombre apareciera brevemente en los títulos de crédito. Sólo que el resultado fuera perfecto. Mariola había trabajado en mis tres películas últimas. Para mí, era la número uno. Siempre conseguía organizarlo todo para recrear los ambientes, el vestuario, los exteriores tal y como yo había concebido en mi mente. Nuestra relación era profesional. Nunca logré que sucumbiera a la seducción que yo pensaba tenían mis palabras, a la fuerza de mi nombre para abrirle la puerta de los grandes estudios, a mi corazón acelerado cuando la veía porque no encontraba el modo de acomodarse en la concavidad de sus manos.
Soy como los personajes que invento: un hombre que cuelga un pitillo de la comisura de los labios, se sube el cuello de la gabardina para que no se le hiele el alma y busca, sin que se note demasiado, llegar a un final comercial. Algo que sea levemente feliz, tampoco demasiado, nada del otro mundo, nada que no encuentre en el fondo de una botella de ron que me gusta beber en soledad.

35 comentarios:

Juan Duque Oliva dijo...

Lo de Flynn con el piano no ha hecho correr rios de tinta y de sueños húmedos.

Lo que tienen que ser esas fiestas a todo meter y por todo lo alto.

Lo has hecho tan bien que me voy a tener que tomar algo para la resaca.

Un abrazo Juanma.

Juanma dijo...

Yo, querido Juan, nunca intenté lo del piano por dos razones: no sé tocar el piano y tengo amigos que, por poco fiables y muy envidiosos, no resistirían la tentación de bajar la tapa.

Un beso, mi luz de gas.

Jesús Cotta Lobato dijo...

Aunque menos elegante, me pido Errol. Por cierto, tras Mariola (también me pido estar detrás) creo que quieres decir "había trabajado". En cuanto a la reunión, el Profesor se refiere a otra y me has hecho caer en la cuenat de que yo también quiero ir a la presentación del Almanaque, que Manuel Jesús es amigo y compa. Un abrazo

Marisa Peña dijo...

"Soy como los personajes que invento...". El párrafo final es una maravilla. Lo leo y lo releo y cda vez me gustra más. Bravo. Espero que encontremos siempre un buen final, al menos acorde con las circunstancias y lo más digno posible, por favor. Besos enormes

Juanma dijo...

Querido Jesús: muchas gracias, ya ha sido corregido. Yo no sé quién me cae mejor, si Clark o Errol.
Me has dado una gran alegría al verte por aquí, si también te veo en la presentación del "Almanaque" será otra alegría estracharte la mano. Un abrazo.

Marisa: yo me conformo con eso, con que sea lo más digno posible. Como siempre, besos, besos, más besos...

Susana Peiró dijo...

Jajajajajá!!! Disculpas Juanma, sucede que venía con mi idea de comentario y leí el diálogo entre Juan y Vos, y estoy en una carcajada!!!
(Deberían escribir algo juntos...sería para alquilar balcones!)

The End es fabuloso, me encantó ese hombre atrapado en su papel, en el ambiente artístico que todo lo da, pero también, todo lo exige; en la melancolía de "no ser", en la condena de conquistar a todos y ninguno a la vez...y tampoco a Ella.

Me encantó leerte!!

Un abrazote y mi Agradecimiento por publicarlo!

Susana Peiró dijo...

Antes que me olvide Juanma ¿tengo autorización para enlazar tu blog?

No me quiero perder un artículo!

Marta (Tuki) dijo...

Y más vale ser levemente feliz,aunque eso signifique tener el alma un poco congelada

Un besazo y sigue inventando personajes

Tuki

Juanma dijo...

Susana: nada me gustaría más que escribir algo a medias con mi luz de gas. En cuanto a la autorización que me solicitas he de decirte que no la tienes. Lo que sí tienes es mi ruego, mi súplica casi arrodillado para que lo hagas, me encantaría que así fuera y que tus visitas fueran frecuentes (y mis disculpas, querida mía, porque yo sí que enlacé el tuyo sin decirte nada). Un beso enorme.

Tuki: ya te dije en tu blog. Muchísimas gracias por tu visita y tus palabras.

Anónimo dijo...

Yo, por supuesto, también me quedo con Errol, aunque soy algo más reacio a mostrar mis virtudes ante el gran público. Ah, los sueños, qué difícil llevarlos a la realidad, pero qué complemento tan bueno para ella.
De nuevo, gran entrada, Juanma.

Juanma dijo...

Octavio: tú también con Errol...vaya, cuánto crápula entra por aquí. Eso es lo que pretendía desde el principio. Un abrazo y gracias.

Anónimo dijo...

Crápula, "hombre de vida licenciosa" (Drae dixit). Pensaban en mí cuando definieron la palabra, amigo Juanma.

Té ツ dijo...

Buenísima entrada. Leía e imaginaba tu relato en 9 mm. El final, estoy de acuerdo, es también de cine. Como todo lo que escribes. Un beso enorme.

Por cierto, genial la frase de Luz de Gas. 'Lo has hecho tan bien que me voy a tener que tomar algo para la resaca'. Podría ser parte de uno de los mejores guiones de tu personaje inventado. La idea de escribir entre los dos me parece un acierto. Abrazos.

Juanma dijo...

Té: a ver si mi luz de gas vuelve a entrar, ve la animación que hay y se le ocurre algo (tiene imaginación para eso y mucho más). Y muchas gracias. Un beso enorme para mi chica favorita.

Juanma dijo...

Por cierto, Té: lee mi entrada "La confesión", que también te va a gustar...

carmen jiménez dijo...

Me quedo con la pena, por el momento, de leer a tus comentaristas, pero con la alegría de haberte leído a ti. Muy bueno Juanma, muy bueno. La verdad es que estoy sorprendida de lo bien que escribes. Encantada, mejor. El título es perfecto. La combinación de imágenes y palabras, y sentido del humor y sentido intimista. Me encantó, vaya!
Un saludo.

Juanma dijo...

Media Luna: muchas gracias. Sí, prefiero que estés encantada a sorprendida...siempre tiene más encanto. Y entiendo que lo de la pena por leer a las personas que comentan es por no haber podido hacerlo en ese momento, ¿no? Como siempre, besos.

Antonio dijo...

En mis sueños con mucha humedad, pero por culpa de la lluvia que me va calando y no por pianistas de once dedos, en esos sueños me veo siempre como tus personajes, envueltos en gabardinas y con un cigarro infinito en los labios, mirándolo todo, husmeando cualquier rastro que me lleve a donde tenga que llevarme una buena historia como la que leo ahora.

Y eso que nunca he fumado...


saludos
Antonio

Juanma dijo...

Antonio: qué bonito comentario. Mis personajes son tuyos, cuídamelos en tus sueños. Un abrazo, querido amigo.

La gata Roma dijo...

Como no fumo soy la chica que sólo bebe y… bueno, a ver como se porta la noche.

Kisses

andal13 dijo...

En medio de la orgía de whisky, coca, Errol, las notas del piano que quedan suspendidas en el humo del tabaco, aparece Mia Farrow con su sombrerito encasquetado, toma un sorbo de la copa de champaña y dice: "Pero... ¡es ginger-ale!"

Estupendo texto, Juanma.

Juanma dijo...

Mi querida Gata: ser la chica que bebe es jugar con ventaja: los tíos somos tan simples que pensamos... bueno, decir que "pensamos" es mucho decir. Besos.

Andal13: muchas gracias. El texto será todo lo estupendo que tú quieras, pero desde luego no lo es más que tu comentario.

Juan Antonio González Romano dijo...

Yo me quedaría con el porte de Clark Gable y con las habilidades, digamos, pianísticas de Errol Flyn, si se puede.
Bromas aparte, un nuevo acierto narrativo este relato. Eres muy bueno en la ambientación.
Y el párrafo último, yo que soy bebedor de ron y fumador, lo firmo donde haya que firmarlo.

Juanma dijo...

Gracias Profe. Por esas habilidades narrativas me han dado esta semana el premio a la mejor entrada en "La radio de los blogueros"...no como a otros que quieren más, y más, y más....Je,je,je...algún día nos caerá un copita. Muchísimas gracias por tus palabras.

Juan Antonio González Romano dijo...

Bueno, Juanma, lo del premio a la mejor entrada ya lo discutiremos tomando unos tintos un día de estos...

Zapateiro dijo...

No me sorprende que la mayoría del respetable se quede con Errol y su miembro, al fin y al cabo los hombres, en general, fantasean tanto...;)

Creo que nunca llevé gabardina en mis sueños, ni cigarrillos, ni alcohol, ¿será que recuerdo pocos sueños?

Fantástica entrada. Un beso.

Juanma dijo...

Zapateiro: ya sabes, comemos una, contamos veinte, en fin, que ya sabes cómo somos los tíos. Errol tuvo que ser un prenda en condiciones. ¿Será que recuerdas pocos sueños o que llevaste otras cosas? Piensa, a ver...

Un beso muy, muy, muy fuerte.

Julio dijo...

Los finales comerciales son grotescos y vulgares para una persona de tu categoría, querido Juanma. Por otra parte, el Chesterfield habrá que cambiarlo por Ducados rubio o algo, con lo que ha subido.
Bromas aparte, me parece una entrada genial, digna de un joven Eduardo Mendoza (cuando tenía tu edad, chaval)...

Juanma dijo...

Julio: te agradezco mucho esa comparación, tan exagerada que te ha quedado, con Eduardo Mendoza. En cuanto a esos finales, no son los míos, sino los de ese tipo que es incapaz de ligarse a la italiana. Si fueran míos...Mariola caía a la primera.

Muchísimas gracias. Un fuerte abrazo (ahora mismo me voy a tu blog).

*leyre* dijo...

Me quedo con el ultimo parrafo... me ha encantado, y esas fiestas....

algun dia te contare mis sueños para poder disfrutarlos como esta historia.

Un besoo

Juanma dijo...

Leyre: me encanta saber con qué sueñan los demás (y no es cotilleo...). Muchísimas gracias por pasarte por aquí. Besos.

Antonia J Corrales dijo...

"Quen se sube el cuello de la gabardina para que se le hiele el alma" No sé cual de las dos entradas me gusta más, ésta o la anterior. Lo cierto, querido amigo, es que me parecen muy, muy buenas.
La anterior tiene unas figuras increíbles, increíbles.
Antonia J Corrales

Juanma dijo...

Antonia: un día de estos llamarán a tu puerta, abrirás y apareceré yo con un manojito de claveles.
(es probable, por cierto, que sea más o menos a la hora de comer)

Besos gordos.

Herodes Antipas dijo...

Querido Señor, (porque semejante entrada, merece dicho trato), chapeau... Me ha encantado, y no me alegro más, porque me he enterado que habeis estado de fiestorra por "Almanaque", y ni me he enterado... UN fuerte abrazo... y ya te estrecharé la mano, que ganas no me faltan...

Juanma dijo...

Herodes de la Bética: encontrarte por aquí, querido amigo, así, de vez en cuando, en una gran alegría. De corazón te lo digo. Y sí, por ahí anduvimos, "almanaqueando". Fue un acto muy bonito, pero no te preocupes que de fiesta tampoco tanto (bueno, por lo menos yo. No sé otros compadres). Habrá ocasiones.
Un fuerte abrazo.